Votación versus elección o electoralismo versus democracia; por: Francisco Abad
VENTANA SIN CORTINA
He leído con atención varios artículos y opiniones de quienes defienden el electoralismo como respuesta a la crisis que padecemos los venezolanos.
En todas esas opiniones, que respeto pero no comparto, observo un lugar común: confunden adrede votación con elección, que no son la misma cosa, a partir de ese error "involuntario" o no, necesariamente las conclusiones serán erradas por más elocuencia que guarde el discurso expuesto con propósito de impactar y seducir a la audiencia; si las premisas están mal formuladas en los silogismos, las conclusiones no serán correctas, es lo que se aprende en las primeras lecciones del estudio de la lógica como disciplina desde el punto de vista epistemológico.
A mi juicio, salvo mejor criterio, los representantes del electoralismo deberían primero precisar ambos conceptos (votación versus elección) y contrastarlos con la realidad venezolana.
Los electoralistas no pretenden el cambio del status-quo, vale decir, del régimen imperante que los OPOSITORES calificamos como -usurpacion- (además de los otros adjetivos conocidos por todos). Quizas su intencion sea legitima o no segun sean los objetivos que se persigan. Pero lo unico que realmente se podria alcanzar es una suerte de convivencia con el actual sistema socialista, justificadas con unas "elecciones" que a todas luces son fraudulentas y cuyos resultados han sido ya calculados con precisión milimétrica por sus promotores, para que los resultados sean los que pretende el régimen. No observo, lamentablemente, en el desarrollo de ninguna de estas opiniones la promoción de estrategias concretas con objetivos igualmente bien definidos, para resolver el problema de fondo que padecemos los venezolanos: la usurpación. Sólo se pretende correr la arruga, en beneficio de pocos y en detrimento de muchos, al no haber un llamado a articular acciones estratégicas entre la pluralidad de actores opositores, para lograr plasmar en la realidad los objetivos que se tracen, independientemente de los escenarios que se presenten, y no se reducen sólo a lo electoral.
Creo y así lo expongo ante mis compatriotas, que el objetivo principal no puede ser otro que el de liberar a Venezuela del yugo que la oprime, recuperar la Democracia y el orden Constitucional como sistema de convivencia; lo cual solamente será posible alcanzar con la aparición en la escena pública de líderes verdaderamente comprometidos, coherentes, responsables y desprendidos de intereses particulares y subalternos que saquen de la escena actual a los mercaderes y mercenarios de la "política" que han traicionado la esperanza de los venezolanos, muchos de los cuales se preparan en estos momentos para hacer fila e inscribirse como candidatos a ver si con algo de suerte "ganan" un puesto de los que el régimen rifa entre los que les sigan el juego con el que busca "legitimarse" para darse una apariencia democrática que no tiene, y de paso, quitarse de encima el peso de la legítima Asamblea Nacional (AN) electa por los ciudadanos en 2015, AN a la que desconoció desde la misma fecha de su elección y, de esa manera disminuir el impacto universal del rechazo al régimen por el mundo civilizado, cuyos gobiernos respaldan hoy más que nunca a la legítima AN y a su Presidente que también es reconocido por cierto como Presidente (i), el Ing. Juan Guaidó.
Abogo, porque la sociedad civil abra los ojos, y entienda que la democracia no se restringe al voto y menos cuado éste no elige ni permite generar los cambios politicos que las sociedades requieren y que sólo son posibles en libertad. Espero que los venezolanos entiendan a pesar de sus desencantos y excepticismo por las traiciones recibidas por algunos (gracias a Dios muy pocos) que tomaron un camino distinto al que juraron ante el país al tomar posesión de sus cargos en la AN, que su participación (de los ciudadanos en la POLÍTICA) es indispensable para poner las cosas en su lugar. Ruego que del sufrimiento y las necesidades de nuestro pueblo que son muchas, también surja el liderazgo capaz de echar a andar la UNIÓN que los políticos tradicionales no han podido lograr porque nunca han puesto a Venezuela primero que a sus intereses y ambiciones. Toca al pueblo parir un liderazgo a la altura de estos tiempos que sea capaz de impulsar un plan serio, realizable, que genere confianza en la comunidad nacional e internacional y articule en un solo esfuerzo todas las voluntades posibles que permita resolver el problema que enfrentamos en el presente y siente bases sólidas para construír un mejor futuro para las nuevas generaciones de venezolanos.
Abg. Francisco Abad
Profesor Universitario y
Presidente de ABP Anzoátegui.