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¡Del 2020 al 2021!; por Víctor Urbáez / @vrurbaez

Año 2020, ya su nombre advertía que algo no estaba bien, suena separado “veinte-veinte (20-20)”. Desde sus inicios se empezó a complicar todo, más de lo que estaba. Todos esperábamos con ansiedad el año nuevo, un año par, para los que creen en la cabalística, donde desde sus inicios empezaríamos a ver los cambios que el país necesitaba, tronco de vaina nos hechó, lo único mágico que ocurrió fue que de un virus pasamos a dos, sin ton ni son.

Ahora que se acerca su final, todos deseamos que se vaya de una vez, bueno no todos, un pequeño grupo, donde están los enchufados, alacranes y líderes del régimen, no lo desean. Por una sencilla razón, el virus más antiguo llega a su fecha de vencimiento, señalada desde sus inicios por “el comandante mismo”, en su momento de gloria: “la revolución del siglo XXI, es hasta el 2021”. Fecha que parecía quimérica por lejana y remota, el pueblo no se calaría semejante desastre, y terminó calándoselo. Profecía que la inmensa mayoría de los venezolanos anhelamos se cumpla, como se cumplieron todos sus anuncios de destrucción y confiscación de las libertades.

Qué mejor regalo del Niño Jesús que “La Profecía” se cumpla total e íntegramente, no se lo pedimos a San Nicolás para no entrar en contradicciones, nos podemos confundir y el original, ofendido, agarre su trineo y sus renos y se largue pal' carajo. Una competencia entre San Nicolás y nuestro tradicional Niño Jesús no está exenta de un conflicto de competencias y el Niño Jesús puede ser expropiado.

Niño Jesús te rogamos, te pedimos encarecidamente, que el regalo sea al inicio del 2021, para poder empezar la reconstrucción de Venezuela temprano y a fin de año puedas volver a traer los regalos navideños, mientras los niños duermen, como tradicionalmente ocurría en un pasado no muy lejano, en una Venezuela democrática y libre.

Frente a las contradicciones enigmáticas de los números, el 2020 pasará a la historia como el peor año transcurrido, el cual iniciamos con un virus rojo-rojito y lo cerramos con otro, un “virus chino”. Por eso es propicia la Navidad, por si las moscas, pedir como único regalo para el 2021 el fiel cumplimiento de “La Profecía”: el virus rojo-rojito es hasta el 2021, del otro nos ocuparemos y derrotaremos, que coincidentemente es originario del imperio rojo.

Es muy probable que el régimen, conociendo sus relaciones con los rituales santeros y con lo paranormal, y dada la incapacidad con que nos rige. Trate de paralizar en el último minuto la despedida del 2020, aunque parezca irreal e invente un apagón del calendario. El régimen se justificará diciendo que se hizo a propósito para disfrutar más el fin del 20-20.

Una última reflexión sobre la numerología, conjunto de creencias que pretende establecer una relación oculta entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas o espirituales, no es una disciplina matemática, es superstición. En fin, “los virus”, “el régimen”, “los números”, “las profecías”, “el no votar y no comer”, es para volverse loco. Pitágoras decía que las palabras tienen un sonido que vibra en consonancia con la frecuencia de los números. De números está llena la vida.

Quiera Dios y la Virgen que en el año 2021 podamos construir una nueva Venezuela, con hermosos recuerdos para que nuestros hijos, nietos y demás descendientes vean que su futuro viene de un hermoso pasado… Adiós 2020, vete ya.

“La vida es un misterio; la luz ciega y la verdad inaccesible asombra.” Rubén Darío

Ing. Víctor Urbáez

Secretario General

SUTEA

@vrurbaez