Ventana sin cortina. Sobre el proceso electoral norteamericano; por: Francisco Abad
Trump no es monedita de oro para que todo el mundo lo quiera, cualquiera puede criticarlo, es un hombre que genera polémica y, difícilmente alguien puede mantenerse imperterrito sin tener algo que decir sobre él. Incluso por la manera como logró llegar a la posición de poder más importante del planeta, la Presidencia de los EEUU, hecho que lo hace blanco de todos los colores y tendencias.
No vivo en Estados Unidos, soy un observador foráneo sin ningún contacto con la realidad de ese país, más allá que aquella que me brindan los medios y canales de noticias que se han confabulado en su contra para intentar detener su reelección; son esos mismos medios quienes han señalado los aciertos de su política económica, permitiéndole exhibir un importante crecimiento del Producto Interno Bruto, la reducción del desempleo y el incremento en la capitalización de los mercados financieros entre otros dignos de destacar.
No soy quien para juzgar la decisión de un norteamericano que en ejercicio de su derecho al sufragio, bajo los términos que sus leyes consagran, votó por una u otra opción, y, ellos deben saber mejor que nadie que liderazgo necesitan en su país.
Como venezolano trato de entender lo que necesita mi país, aunque hemos demostrado que vivimos en una Torre de Babel, dónde cada quien piensa y opina, pero donde pocos hacen lo que hace falta para salir de la crisis en la que nos han sumergido más de 20 años de malos gobiernos cuyas cabeza han traspasado los límites de la legalidad y de los estándares mínimos de respeto a los derechos humanos que el mundo libre acepta, abrazando una conducta que ha sido condenada y calificada de criminal.
Debo admitir que el único líder mundial que en uso de su investidura ha denunciado a la mafia que dirige los destinos de mi país y que ha tomado medidas concretas para intentar detener el daño que dicho tinglado criminal ha hecho a Venezuela es el Presidente Donald Trump, no hacerlo me convierte en un malagradecido y un desleal, porque fue gracias a Trump que el mundo tomó en serio la tragedia venezolana, y gracias a sus buenos oficios más de sesenta países democráticos reconocieron a la actual Asamblea Nacional como único poder legítimo y a Juan Guaidó como Presidente interino.
En Venezuela el régimen actual dinamitó la democracia, algo así como cuando Hernán Cortés quemó las naves en las que llegó a México para no tener oportunidad de regresar por donde vino.
El voto en Venezuela es una quimera tan devaluada como el "bolívar fuerte" del que ya no se acuerda ni el petro, porque aunque el bolívar existe como signo monetario, en la realidad no vale nada, por eso el mercado impuso al dólar como moneda duélale a quien le duela; con lo cual de alguna manera ha comenzado la transición por la economía no en lo político.
Confieso que pensé que Trump ganaría con mayor facilidad, porque dejé que mi deseos influyeran en mi análisis, y que una vez electo por segunda vez, la realidad que él ya conoce perfectamente, le impondría un camino definitivo para una ayuda más contundente que permitiera desalojar del poder a aquellos que no deben seguir en él, porque cada día que permanezcan en el mismo lo contabilizaremos en sufrimiento y pérdidas humanas de venezolanos valiosos.
La democracia estadounidense está sometida a una dura prueba en estos momentos, pero ella tiene a su favor el prestigio bien ganado de su administración de justicia y su institucionalidad.
Espero que la verdad prevalezca y la justicia se imponga, y que sea proclamado Presidente el candidato que realmente ganó.
Una vez que ello ocurra, habrá que reconocerlo porque esa fue la decisión de su pueblo y trabajar con él para que también se respete la decisión de nuestro pueblo, porque más de 80% de los venezolanos, queremos que Maduro se vaya del poder y con él los cubanos, rusos, chinos, iraníes, guerrilleros colombianos y grupos islámicos terroristas que han hecho de nuestro territorio su base de operaciones y su mina para sostenerse y exportar su maldad al resto del continente.
Sea cual sea el destino del Presidente Trump, los venezolanos siempre le estaremos agradecidos, porque a pesar de cualquier rasgo suyo que pudiéramos criticar, demostró que le importaba nuestra situación y actuó para ayudarnos y si no lo hizo mejor, quizá fue porque la confrontación de intereses en la oposición se lo impidió.
Barcelona, 10 de noviembre de 2020