Respeto; por: María Alejandra Malaver / @malemalaver
Opinión-. Una nación que se base en el “respeto”, es una nación que está predestinada al éxito; pero para lograr esto, debemos empezar por crear la cultura del respeto mutuo en nuestras ciudades.
Una vieja frase que dice: “Hay que saber sentir, que hay que saber luchar para ganarse el respeto de otros y respetar a esos otros”, es esencial para entender el rol ciudadano en la conquista del respeto.
Los ciudadanos tienen que luchar por ganarse el respeto de las autoridades, ésta aunque debería estar implícita en el contrato social, establecido en el Estado nacional, en las leyes, normas y ordenanzas, a veces pasa desapercibida y pierde el sentido en el día a día.
Cuando esto ocurre, entonces tenemos que seguir adelante, tenemos que luchar por conquistar el valor que poseemos como ciudadanos, ganándonos así el respeto de las autoridades.
Los ciudadanos deben respetar las leyes y el papel de las autoridades, y éstos deben, a su vez, entender que la voz de los ciudadanos es fundamental para lograr el desarrollo sustentable y sostenible de nuestras ciudades, y por consiguiente de la nación misma.
Cuando en un país existe el respeto a las normas, procedimientos, leyes, estatutos, ordenanzas, reglamentos y afines, entonces es una sociedad con orden. Cuando en una nación las autoridades respetan a los ciudadanos, los incentivan a participar en las decisiones públicas, los incorpora en el debate y en los planes de crecimiento, entonces la democracia es plena, y cuando los ciudadanos respetan las leyes y se acogen a éstas, se construye una sociedad del “buen vivir”.
El respeto es la piedra angular para que gobernantes y gobernados, para que ciudadanos y funcionarios, para que los cuerpos de seguridad y la población, puedan poseer una línea de conducta que haga más fácil la vida.
El respeto inicia en los mismos conjuntos residenciales, en las urbanizaciones, en las barriadas populares; cuando respetamos los horarios de sacar la basura, cuando respetamos a los vecinos al no colocar música a altísimos volúmenes a elevadas horas de la noche, cuando entendemos que el otro, nuestro vecino, posee los mismos derechos que nosotros, así se construye la sociedad para un vivir adecuado y de convivencia sana.
El respeto es uno de los puntos básicos para que las sociedades sean funcionales, para que reine una real democracia y donde todas las personas se empoderen en su papel creador, entendiendo que somos individualidades que conformamos un todo: La ciudad.