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La Hegemonía socialista. Ruta al desastre

El planeta ya abandonó las políticas socialistas, pero su implantación tuvo graves consecuencias. Millones de muertos y generaciones perdidas.

El fracaso de sus paradigmas, las expropiaciones, controles de todo tipo, abolición o mediatización de la propiedad privada por distintos medios, economías planificadas por burócratas, improvisación, corrupción derivada de la discreción del poder del estado entre otros, dañó durante casi un siglo a medio planeta que a partir de los setenta En China y Vietnam y de los ochenta con la caída del muro de Berlín, Rusia y Europa del Este, además de en India, Indonesia, Malasia, Singapur, Corea del Sur, etc., abrazaron todos las políticas y paradigmas del libre mercado, ocasionando una disminución de la pobreza en el planeta en casi 1.000 millones de personas. Un éxito espectacular.

Sólo quedan algunos rezagados, todos herederos ciegos de las políticas soviéticas, que prolongan la agonía de sus pueblos con sus desastrosas iniciativas. Lo imposible, arruinar al extremo a la rica en recursos Venezuela, lo lograron esas políticas. Y el resto de América Latina, aun pasando la resaca del Castrismo con sus diversos niveles de socialismo, se debate entre dar el salto o quedarse en el pantano.

Aún no aceptan que la iniciativa de los individuos, su tesón, esfuerzo y sacrificios son los que generan riqueza, y es la base de la prosperidad; que el estado debe ser protector e incentivador de la iniciativa privada y no controlador de ella, como lo manifestó recientemente el alto funcionario chino para mayúscula sorpresa de la cúpula de la conducción económica de Venezuela en su taller de economía.

El chavismo logró con la mayoría que el pueblo le dio, su objetivo de copar las instituciones, organismos y empresas del estado, haciéndose con el manejo a discreción de toda la riqueza del país, incluyendo sus desastrosas expropiaciones, alcanzando la hegemonía de sus ideales en el estado venezolano y sosteniéndose allí por todos los medios. No contó con la consecuencia de sus políticas y ninguna advertencia fue escuchada.

Pero mientras avanzaba su hegemonía, paulatinamente caía la iniciativa privada y la producción de las empresas públicas, que para manipular al pueblo llamaron Guerra Económica. Se fugaban los capitales, el saqueo público se hizo sideral como nunca, se perdía la fe de los emprendedores, creativos, comerciantes, profesionales y se desplomaba hasta la esperanza de los jóvenes que ven por los medios al resto del planeta feliz y próspero mientras ellos no pueden ni estudiar unas carreras devaluadas por todo tipo de carencias, incluyendo agua o profesores, ni casi salir de sus casas en un país sin futuro, ocasionando un Éxodo en busca de las oportunidades negadas en su país.

El ya desprestigiado chavismo no debiera aferrarse al poder para continuar su desastrosa gestión y el resto del país debe unirse para impulsar el cambio. De lo contrario, si pasa más tiempo, cuando finalmente abandonen el poder, las calamidades de hoy parecerán el paraíso frente a lo que dejarán.

Yovany Rojas / @YovanyRojas