El Exodo en Venezuela
La Biblia narra el episodio del Exodo, como la salida del pueblo de Israel de Egipto, donde eran esclavos, en busca de la Tierra Prometida. La historia relata cómo Moisés, el instrumento liberador del pueblo judío, al ir a recibir de Dios los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí y regresar, consiguió al pueblo judío y a los líderes dejados a cargo adorando un becerro de oro. A pesar de que los judíos habían presenciado los milagros realizados que les permitieron liberarse de la servidumbre y esclavitud, como las plagas de Egipto y la división del Mar Rojo, su falta de fe los indujo a pecar adorando un ídolo. Moisés rompió las tablas de la Ley y se sometió a la justicia Divina.
El castigo de Dios fue ejemplar. Condenó al pueblo judío a vagar 40 años por el desierto, desorientado; Moisés fue condenado a sólo ver de lejos la Tierra Prometida antes de morir y los líderes de las tribus, autores de la desviación por su falta de fe y liderazgo sobre el pueblo, fueron condenados a no ver ni llegar a la Tierra Prometida.
Luego de 150 años de Caudillismo y Dictaduras en Venezuela, en 1.958 fue expulsado el que se pensó sería el último tirano. 40 años de aciertos y errores, pero dentro de un marco democrático, con alternabilidad de los gobernantes y un pacto Constitucional, le dieron al pueblo venezolano la libertad, alejando la servidumbre a la que los caudillos y tiranos someten a los pueblos en el orden político, social o económico y fue un verdadero milagro la institucionalización del país. La mejor época de Venezuela.
La insurgencia armada de 1.992 trajo el fantasma del Caudillismo, queriendo imponer el gobierno y su sistema político por la fuerza de las armas como en toda nuestra historia hasta 1958. Fracasó. Pero dejó su semilla y en 1.998, tanto el liderazgo como el pueblo se dejaron seducir por lo que se pensaba había quedado atrás, el caudillismo, verdadero becerro de oro moderno recargado con resentimientos y fracasadas ideas socialistas, de abolición de la propiedad privada, de la libertad e impulsando la perpetuación en el poder por distintos medios, todo interesadamente diseñado por el Castrismo y puesto en vigor por un liderazgo tan vergonzosamente sometido, que usó sus símbolos, sus consignas, su crueldad, su neolengua y le entregó el país en un episodio colonial digno de estudio.
Hoy, los líderes y el pueblo que por su falta de fe y convicción democrática permitieron o apoyaron el regreso del caudillismo, se encuentran alejados de la Tierra Prometida de la libertad y el bienestar. Una nueva generación de líderes con valores democráticos deberá hacerse con el protagonismo y su misión será culminar la educación de nuestro pueblo acerca de esos valores, ya que seguramente algo habrá aprendido con su miseria y sufrimiento en su tránsito por este desierto, que ojalá no llegue a 40 años!
Por: Yovany Rojas / @YovanyRojas