Imposible callarse, por: Juan Miguel Aguilarte / @juanaguilarte
Vine al mundo hace mas de tres decadas, eran tiempos de la IV República, mas concretamente del gobierno del adeco Jaime Lusinchi, al que sucedió el segundo de Carlos Andrès Pérez.
Ambos atacados inmisericordemente tanto por la izquierda como por dirigentes de su propio partido en eso que los politicos llaman “Lucha interna” que no es mas que utilizar todo lo que esté a tu alcance para destruir al adversario.
Una especie de vale todo que apunta a la descalificación moral del dirigente.
Así Lusinchi fue victima del perecismo y Pérez a su vez lo fue del Lusinchismo, y ambos de la izquierda que no desaprovechó la oportunidad de darle la estocada al bipartidismo, y mas a la democracia de partidos creando un sentimiento de “Antipolitica” que sirvió de base para la llegada de Hugo Chavez y su involución bolivariana, que tiene sumida en la miseria y la degradación moral al más rico país de la America Latina y uno de los diez mas importantes del mundo en cuanto a recursos minerales se refiere.
Es tal la destrucción que hoy ocupamos el primer lugar en homicidios, el primer lugar en inflacion e idéntico renglón en la diáspora de mas de tres millones de ciudadanos huyendo de la terrible dictadura que se iniciara en 1999, con la llegada del resentido de Sabaneta de Barinas y se perfeccionara con el ascenso de Nicolás Maduro.
Quien me conoce sabe que he preferido desde que recibí el titulo de periodista o lic. en Comunicación Social, el area de deportes para desempeñarme en mi profesión pero es tan calamitosa la situación que padecemos los venezolanos que es imposible no hacer un alto para dedicarle unas lineas a la terrible pesadilla que vivimos que amenaza con superar en crueldad a los mas oprobiosos regimenes militares de la America Latina y del Africa.