Sinergia Cívico-Militar. Por: José Angel Borrego
Chávez y Maduro han abogado porque reine la mejor armonía y afecto entre las familias civil y militar. Antes no fue necesario tal exhorto. La separación de ambos sectores no iba más allá del cerco físico que tiende lo castrense para excluirse de lo cívico. Tanto así que hasta el año 2002 las encuestas reflejaban que las tres instituciones más respetables del país eran la iglesia, los periodistas y los militares en ese mismo orden. Pero la dinámica, más política que social o cultural ha variado esos parámetros y hoy solo la iglesia se mantiene en el máximo nivel.
El periodismo ha sido acorralado por la hegemonía mediática y con ello ha mermado su carisma; y las FANB son apenas un bonsái de aquellas épocas. No obstante la Nación necesita que estos dos factores ahora depreciados recuperen su prestigio, y más importante, retornen al cauce de la confraternidad abstrayéndose del tráfago pérfido que tiende a crear ghettos ajenos al gentilicio venezolano.
Entendemos que es deber común crear plataformas para practicar esta sinergia y algunos lo hacemos. La piedra de tranca no está del lado externo de la cerca que tiende a separarnos. Es en el interior del bunker donde lo castrense inhibe exprofeso la entente con quien no calza uniforme y acucia su propio e insensato aislamiento del resto de la aldea.
Por nuestra parte, que compartimos dos años en una academia militar, jamás fuimos inculcados de ningún prurito ario racial o social.