Editorial

El Foro de Sao Paulo, golpeado por la prisión de Lula, decenas de dirigentes del Partido de los Trabajadores y ministros presos por el saqueo de su país, la fuga de Correa, el enjuiciamiento de Cristina por corrupción y la inconstitucional cuarta candidatura de Evo, en una original demostración de alternatividad democrática estilo Fidel, cifra sus esperanzas de renacer como el ave fénix en un país complicado como México, con la llegada de López Obrador a la presidencia.

Su estilo atolondrado cuando perdió las anteriores elecciones, llamando a bloquear con una marcha y un plantón la investidura del ganador, dice mucho de su espíritu democrático. Su elección es una demostración contra su conducta respecto a los resultados de hace seis años cuando cantó fraude y sin pruebas intentó el caos. Ahora él es el Presidente y fue reconocido porque ganó sin incidentes como su predecesor.

Los principios democráticos de López Obrador se pusieron a prueba en su toma de posesión y demostró que México está a la orilla del precipicio. Tendrá que hacer cada vez más para mantener la confianza.

Aunque los semáforos de la inversión mundial están sin corriente esperando las primeras medidas del flamante Presidente para tomar postura acerca de sus inversiones, nadie, al oírlo en su discurso de toma de posesión se hace ilusiones con quién tiene ideas supersticiosas acerca de la democracia, el mercado, la libre empresa, etc. Las próximas acciones en el ámbito económico, serán sólo la natural consecuencia de su pensamiento.

Con un vigoroso sector exportador, un sector petrolero en apertura que prometió detener y la firma de la modificación del NAFTA, tratado con USA y Canadá, hay un delicado equilibrio comercial que significa empleo, trabajos productivos o hambre.

Como es dado esperar cumplirá con las expectativas de sus electores, quienes comparten sus ideas, con un brusco viraje para acentuar el populismo, estatismo, e ineficiencia, por lo que es seguro que aunque no lo diga por estrategia de mercado, los inversionistas ya se anticipan a poner en alerta sus nuevos emprendimientos o ampliaciones y algunos, más cautelosos, planifican una ordenada retirada de México, para buscar horizontes en países menos complicados para la tranquilidad de sus negocios y de sus vidas. Otros esperarán a ver, para finalmente irse también. A esto, algunos lo llaman Guerra Económica, y los inversionistas lo llaman supervivencia.

Por la presencia de modernas variables políticas y económicas, la primitiva asesoría cubana no tiene oportunidades de tener éxito con sus “sabios consejos” de expropiaciones, precios justos y comunas. López Obrador está en el dilema de permitir que sean estos los favoritos de sus decisiones, hundiendo a México como Venezuela, o renunciar al populismo, hacer que su pueblo comprenda lo necesario de la sensatez y que sólo el trabajo y la libertad producen bienestar. Tsipras, Líder de la Coalición de Izquierda Radical, contrario a lo esperado, renunció al populismo en Grecia.

Yovany Rojas / @YovanyRojas