Una parte de la juventud venezolana de los años 60, cautivada por la Revolución Cubana y el adoctrinamiento soviético, sucumbió al canto de sirena de la rebelión armada para derrocar la naciente democracia mediante la guerra de guerrillas y entregar el país al comunismo y la guerra fría.

Dentro de ese grupo destacaba por su inteligencia, serenidad y preparación, el joven del PCV Teodoro Petkoff, quien ya había demostrado valor y decisión al enfrentar la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Luego de regresarse del equivocado experimento insurreccional, incluyendo su espectacular fuga del Cuartel San Carlos, Teodoro rompió definitivamente con el yugopolítico y las enormes mentiras soviéticas y cubanas en 1967, (Checoslovaquia, El Socialismo como problema, 1969) donde desnuda la mentira soviética de la liberación de Europa. A la ocupación Nazi, siguió la ocupación Soviética; y la invasión de Checoslovaquia, por el Pacto de Varsovia en 1.967, similar a la Húngara en 1.956, no hacían sino demostrar el carácter antidemocrático e Imperialista de la Revolución Soviética y su seguidor americano, Cuba.

Fue Teodoro, junto con otros pocos dirigentes del PCV, Alexis Adam, Germán Lairet y Antonio José Urbina, quienes solitariamente se negaron a respaldar la declaración del PCV apoyando a Brezhnev en la liquidación de la resistencia Checa.

El sector de la izquierda que acusaba a Betancourt de haber entregado los ideales democráticos, le proponía a la sociedad venezolana sustituir una naciente democracia por una Tiranía Soviética o Cubana, como bien lo expresó Teodoro y en efecto el futuro lo demostró. Cuba vio llegar a Fidel a la impensable cantidad de 49 años como líder de Gobierno y la Unión Soviética se disolvió y cesó la ocupación 45 años después de terminada la II Guerra Mundial.

Su protagonismo en la Agenda Venezuela, para liberar el Control de Cambio, iniciar la apertura petrolera, liberar al país de todo tipo de trabas, privatizar Sidor, cambiar el régimen de Prestaciones por uno más moderno, le debe haber costado mucho. Convencer al desactualizado Caldera y demás líderes de la izquierda chiripero, como él la llamaba, del error de continuar con las políticas populistas y a pesar de los primeros años desastrosos de Caldera, el país se enrumbaba hacia su modernización.

Teodoro demostró su visión profética al negarse a apoyar al MAS en su oportunista opción por la candidatura de Chávez en 1.998 y esto generó su salida del Partido. Sin el apoyo del MAS Chávez no hubiera podido ser electo ahorrándole al país estas dos décadas de desastre.

Su paso desde el PCV a la izquierda democrática podrá tener objeciones o críticas, igual su trayectoria de vida, como la de todos, pero Teodoro fue sincero y seguidor incansable de sus principios, por lo que hoy tiene su posición en la historia bien ganada.

Yovani Rojas / @yovanirojas