¿Qué pasó?; por: Eduardo Fernández / @EFernandezVE
En diciembre de 2015 se realizaron elecciones de Asamblea Nacional. La oposición obtuvo una contundente victoria. Se demostraba que la ruta electoral era la estrategia aconsejable para conquistar el cambio.
En enero de 2016, como manda la Constitución, el Presidente presentó su memoria y cuenta en una Asamblea totalmente adversa.
Cuando parecía que el país se encaminaba a una transición gradual, pacífica y democrática, se produjeron dos hechos extraños: desde la presidencia de la AN se amenazó al Presidente de la República con su destitución en un lapso de seis meses y se montó un show para sacar del capitolio las fotografías de Hugo Chávez con expresiones como “mándenlas al aseo urbano”. Esas fotografías nunca debieron ser colocadas allí, pero había maneras menos conflictivas de sacarlas.
Poco tiempo después, empezaron a surgir propuestas contradictorias con la estrategia electoral que nos había conducido a la victoria de diciembre de 2015.
Se propuso convocar la Asamblea Nacional Constituyente para defenestrar a todo el alto Gobierno y un referéndum revocatorio del mandato presidencial. Los proponentes tenían que saber que el gobierno, conocedor de su debilidad electoral, iba a impedir esa consulta.
Ni Maduro se fue a los seis meses, ni fue posible convocar una Constituyente opositora, pero detrás de cada una de esas propuestas se creaba una gran expectativa seguida por una gran frustración.
Se difirieron las elecciones de gobernadores con el apoyo de importantes líderes de la oposición que declararon a los medios que las elecciones regionales no eran prioritarias porque había que salir de Maduro. Esas elecciones habrían tenido el efecto de un revocatorio, pero se convino en diferirlas.
Hubo una propuesta adicional: declarar en sesión parlamentaria el abandono del cargo por parte del Presidente de la República. En ninguna democracia en el mundo el Jefe del Estado puede ser removido de su cargo por una votación simple del parlamento en una sola sesión y sin procedimiento alguno. Una nueva expectativa que terminó en frustración.
Finalmente, se asumió la estrategia de calle y más calle, con trancazos y más trancazos. Más de 120 jóvenes muertos, alcaldes destituidos y miles de muchachos presos fue el saldo de esa estrategia.
Ahora, la oposición discute si participa o no participa en las elecciones regionales que debieron haberse celebrado hace más de un año.
@EFernandezVE