Frente a un Gobierno de abusadores, delante un régimen que basa su poder en el abuso y las injusticias no podemos ceder nunca. 

¿Permitir que este modelo continúe enraizándose en la médula de la institucionalidad? Esto sería impensable.

¿Dejar que las bases de la dictadura se consoliden? ¡Jamás!  Sería traicionar nuestra propia convicción democrática y de lucha. 

No podemos permitir que la dejadez o el desánimo nos venzan en la lucha; no podemos ceder ante los tropiezos y frente a un revés. 

Recordemos que para consolidar la República, nuestros padres libertadores sufrieron incontables derrotas. La nación se fundó en tres ocasiones, por la insolente acción y arremetida de aquellos que se empeñaban en vernos tiranizados. 

En el Himno Nacional entonamos la frase “el vil egoísmo que otra vez triunfó” lo que significa lo mucho que le costó a los grandes fundadores de la república la consecución del logro final de la independencia.

¿Qué hubiera pasado si ellos se hubiesen rendido? ¿Qué hubiese pasado si los grandes creadores de la democracia nacional se hubiesen dado por vencido  durante la dictadura militar? No tendríamos ni independencia, ni democracia. 

Hoy cuando estos dos logros de la historia nacional están en riesgo, nosotros no podemos rendirnos, o dejarnos doblar por la apatía o la desilusión. 

La independencia nacional fue vendida al postor de la ideología marxista-leninista; la libertad está sucumbiendo ante los frenéticos deseos de totalitarismo que rondan la cabeza de aquellos que nos desgobiernan.

Los venezolanos de hoy tenemos que resistir gallardamente, tenemos que demostrar la fuerza democrática, civil y decidida de la sociedad actual. 

El que se cansa pierde, y estoy firmemente convencida que este pueblo no se cansará de resistir y de luchar por una Mejor Venezuela. 

Todos los espacios, todos los escenarios, todas las circunstancias tienen que ser abordadas. Cada uno de los flancos tiene que ser cubiertos por los defensores de la Constitución nacional y por quienes anhelamos una nación libre y para todos los derechos para todas las personas. 

No podemos ceder un milímetro en la lucha de calle. No podemos ceder ni un centímetro en los espacios democráticos, jamás nos podremos rendir. 

En esta hora aciaga que vivimos los venezolanos recuerdo a Winston Churchill quien frente al ataque de los nazis a Inglaterra aseveró que “continuaremos hasta el final... lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y los océanos.  Lucharemos con cada vez mayor confianza y mayor fuerza en el aire; defenderemos nuestra isla cueste lo que cueste, lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, y  lucharemos en las colinas. Nunca nos rendiremos”. 

Así debemos ser nosotros, luchar siempre, ceder nunca, ni siquiera un milímetro.