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Unión nacional; por Eduardo Fernandez / @EFernandezVE

La Fundación Alberto Adriani, que preside el Dr. Román José Duque Corredor; la Fundación Punto de Encuentro, que preside el Dr. Rafael Simón Jiménez, y la Fundación Arístides Calvani, que tengo el honor de presidir, hemos emitido una declaración conjunta en la que expresamos nuestra preocupación ante la grave crisis que vive el país.

En esa declaración sostenemos que las políticas equivocadas del Gobierno y el clima de polarización y de confrontación que esas políticas han generado amenazan seriamente la paz de la República y el bienestar de los venezolanos.

La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente hecha al margen y en contra de lo dispuesto en la Constitución nacional, agrava todavía más la situación y contribuye a incrementar el clima de confrontación política. Se está condenando a los venezolanos a un sufrimiento muy grande, al hambre, a la desesperación, a la violencia y al empobrecimiento creciente.

Se destruye la democracia.

Se destruye la economía.

Se agudiza el desabastecimiento de alimentos y medicinas y aumenta la pobreza.

Se está conduciendo al país a una situación de ingobernabilidad. La violencia nos condena a la anarquía y al vandalismo.

En el clima de confrontación que prevalece en el país, ningún gobierno podrá hacerle frente a la situación con éxito.

El propósito de destruir al adversario conspira contra el interés nacional. Es decir, hace imposible la solución de la tremenda crisis que estamos atravesando. Más de 100 compatriotas, la mayoría de ellos jóvenes, han perdido la vida en los acontecimientos de los últimos meses.

La crisis económica y la destrucción del aparato productivo condenan a miles de compatriotas al hambre.

Es toda una generación que está en riesgo de sufrir las consecuencias físicas e intelectuales irreversibles de la desnutrición.

En el año 2012 Venezuela producía más de tres millones de barriles de petróleo diariamente. Y los vendíamos a más de 100 dólares cada uno.

Hoy, estamos produciendo menos de dos millones de barriles y los estamos vendiendo a menos de 40 dólares por barril. Las consecuencias para la gente son devastadoras.

Como las políticas del Gobierno han acabado con la producción interna, hay que importar todos los alimentos y medicinas del exterior, y los recursos no alcanzan.

Esta es la realidad que enfrenta el actual gobierno y cualquier otro que pueda sucederlo.

Esta realidad nos impone la búsqueda de un clima de entendimiento que nos permita superar la crisis política y la dramática situación económica y social.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE