Estas elecciones regionales del próximo domingo se realizarán en el marco de la más profunda de las agudizaciones de una crisis

Este 15 de octubre próximo, la democracia venezolana encara otro gran desafío. Este domingo habrá una nueva medición de fuerzas electorales que sin duda dejara al gobierno muy mal parado en esa especie de obsesión que los obnubila por tratar de mantenerse por siempre y para siempre en el poder en Venezuela.

Estas elecciones regionales del próximo domingo se realizarán en el marco de la más profunda de las agudizaciones de una crisis que en manos de este gobierno pareciera no tener vuelta atrás.

Los ciudadanos vemos con estupor como los precios de los artículos de primera necesidad aumentan de manera desmedida en cuestión de horas, momentos en los cuales el hambre y la necesidad atenazan el estómago de los venezolanos, la enfermedad y la escasez de medicinas hacen estragos en nuestra población más vulnerable, la gente no puede disponer de sus ahorros, es decir el país está sometido a una debacle política, social y económica que empeora con el pasar de las horas y los días ante la incapacidad manifiesta de quienes gobiernan para resolver ninguno de los problemas que su mala gestión ha causado. 

Los comicios de este domingo, consiguen a un gobierno "pegado de la pared" con una impopularidad manifiesta que supera el 68%.

Sus candidatos ya no conectan, han basado su discurso en las mentiras y las promesas una y mil veces repetidas y no honradas, es un discurso desgastado, que perdió vigencia repetidos por los mismos personajes de hace 19 años, en los mismos escenarios y en las mismas calles ruinosas de una Venezuela que ellos prometieron convertir en potencia y que hoy está en ruinas.

Los venezolanos queremos cambiar las circunstancias, y para ello debemos cambiar a estos gobernantes, castigarlos con nuestro voto, decirles el domingo que viene, que ya está bueno, que tienen casi dos décadas gobernando para ellos no para la nación y que ya no creemos en sus promesas vacías.  

Es la hora de asumir el compromiso y de salir a votar, de asistir en masa a las urnas para hacer valer la fuerza de nuestra voluntad a través del recurso más valioso y poderoso del que disponemos los demócratas que es nuestro voto.

Tenemos el sagrado deber de recorrer el camino electoral para poder devolver a nuestro país, la esperanza en el futuro, en la recuperación, en la prosperidad y el progreso para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. No te quedes en tu casa, sal a cumplir con Venezuela.