Triste Navidad; por: Antonio Barreto Sira / @BarretoSira
Cómo quisiera decirle a todos: Feliz Navidad.
Cómo quisiera desearles a todos mis lectores una Navidad feliz y un grandioso Año Nuevo, pero ¿cómo hacerlo? cuando lo que nos rodea es miseria, hambre y enfermedades.
Cómo me gustaría saber que nuestra gente, en los campos, en las barriadas y en los sectores medios pudiera gozar de unas fiestas navideñas con las tradicionales hallacas, con la comida típica, los estrenos y los regalos.
Pero, esta es la otra Venezuela. Ese es el país que perdimos en la vía, que se nos escapó de las manos, esa es la Venezuela que soñamos y que tenemos que rescatar.
¡Qué tristes fechas! Cuando no podemos satisfacer los sueños de alegría y dulce de nuestros hijos y nietos.
¡Qué triste! Cuando la mesa de la familia está vacía y cuando nuestros jóvenes no pueden disfrutar del regocijo del regalo del “Niño Jesús”, ni del estreno de Navidad y Fin de Año.
Hasta este nivel nos sumergió un régimen que como el “barbarazo” acabó con todo.
Hasta la Navidad fue destruida por el régimen de oprobio y tiranía que aniquiló la producción nacional, que fustigó el empleo estable y bien remunerado, que devoró millones de dólares, por concepto petrolero, con sus fauces de corrupción, despilfarro y regalía a dictaduras como la imperante en La Habana.
La Navidad será triste, porque el venezolano promedio no puede conseguir los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades, y más triste será para aquellos que durante este año han perdido un familiar a manos del hampa desatada o peor aún, que han visto cómo se despide para siempre una mamá, papá, hermano, primo, tío o amigo gracias a la escasez aguda de medicamentos.
Para ellos la felicidad de estas fechas se diluye en un océano de problemas, angustias y recuerdos de otros tiempos.
Pero, en Miraflores si comerán bien, si bailarán salsa y degustarán manjares costosísimos en la medida que el pueblo sufre calamidades y ausencias cada vez más dolorosas.
Ellos, que prometieron villas y castillos, pero que únicamente han cumplido con hambre, desolación y corrupción, sí viajarán, si vivirán bien estos días. Y será en la calle, aquel venezolano que hace mercado en basureros, que le abre otro agujero al cinturón, quien no tendrá nada que celebrar en estas fechas.
No obstante, con la unidad de todos los venezolanos demócratas el próximo diciembre sí será mejor.
La Navidad del 2017 debe y tiene que ser diferente, con un nuevo gobierno, con una nueva realidad, con menos problemas y con felicidad.
Estos días son negros, aunque no olvidemos que cuando la noche se vuelve más oscura es que está a punto de amanecer.
Juntos, en unificación, podremos alcanzar el objetivo de la nueva Venezuela en libertad. De esa Venezuela que nos merecemos y que tenemos que rescatar de esta pesadilla que ya arriba a 19 años de terror y error.