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De Guyana, Fidel Castro y Nicolás. Por Richard Casanova / @richcasanova

Sólo la corrupción y las carencias morales pueden explicar algunas cosas. ¿Por qué el gobierno venezolano se hace el loco con la política injerencista de la comunidad de países del Caribe? ¿Por qué Nicolás Maduro actúa con tanta diligencia para recoger firmas contra Obama, en vez de ocuparse de los ingentes problemas del país o enfrentar la verdadera violación a nuestra soberanía que se realiza en Guyana? No es casualidad que la ocupación y explotación del territorio venezolano por parte de Guyana se acelere justamente en esta hora angustiosa de la prolongada y silente invasión cubana. No es solo que llegó la hora de raspar la olla, sino que quebraron a PDVSA y no hay petróleo para mantener a los proxenetas. El subsidio de petróleo a CARICOM dista mucho de ser un acto de solidaridad con los pueblos hermanos, se trata de un megaguiso a partir de la colocación de manera fraudulenta de los excedentes, es decir la reventa del petróleo que Venezuela regalaba.  No hablemos de los vínculos de los cubanos con consorcios mineros que están devastando la zona en reclamación, ni siquiera mencionemos el narcotráfico, tan solo entendamos que la complicidad en nauseabundos negocios obliga al gobierno a guardar silencio ante la insolente posición del CARICOM contra Venezuela.

En esta política inmoral, Cuba ha sido el principal operador y Guyana un protagonista estelar como aliado histórico de La Habana. Mientras le sonríen al “imperio” y confabulados con esta “revolución bonita”, los cubanos le pagan viejas deudas a Guyana con nuestro petróleo y nuestro territorio. Fidel Castro y Guyana sostienen estrechas relaciones desde los tiempos en que Cuba lanzó una intervención militar en apoyo al Movimiento para la Liberación de Angola, siempre se han profesado mutua solidaridad en la OEA y en otros escenarios internacionales. De hecho, el 13 de enero de 1981 el canciller cubano Isidro Malmierca y su homólogo guyanés Rishleig Jackson, firmaron un acuerdo donde Cuba se comprometía a respaldar a Guyana en el diferendo limítrofe con Venezuela, negociaciones que habían sido congeladas durante el primer gobierno de Rafael Caldera.  Para honrar ese acuerdo fue necesario esperar 34 años, hasta que finalmente los cubanos lograron ocupar importantes espacios de poder en Venezuela –desde el Palacio de Miraflores hasta las FAN- lo que permitió a los Castro ejercer un poder real, además deamasar una monumental fortuna en complicidad con la boliburguesía chavista.

Parte de esa fortuna está en Estados Unidos, así que recoger firmas contra el decreto de Obama no es un asunto de soberanía. ¡Nada de eso! Hay que gritar duro contra el imperiopara que nadie oiga el sufrimiento del pueblo venezolano y sobre todo, para preservar los capitales mal habidos de las cúpulas podridas que entregaron la patria a los cubanos y a sus socios chinos, iraníes, guyaneses, etc. Recogen firmas para desviar la atención de la tragedia que padece la población y para salvar a los corruptos que en nombre de Bolívar han saqueado a la Nación. Este gobierno de Nicolás y Diosdado no sólo perdió popularidad sino la vergüenza, el sentido del ridículo y el respeto de los venezolanos. ¡Unión y cambio!