¿Hasta cuando lo toleraremos? Por Mirtha Tovar(@terydejesus)
Has escuchado decir ¿cuándo terminará esto? ¿hasta cuándo lo toleraremos? ¿cuándo saldrá el pueblo a expresar su inconformidad?
La última encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), terminada el 17 de octubre pasado, devela la verdadera tortura que vive el venezolano: 32% piensa que la situación general está mala y 31% muy mala, más del 60% asegura que estamos atrapados en una crisis económica y política y un 77% señala que además vamos en la dirección equivocada. Entre nuestros principales problemas está la inseguridad, seguida del desabastecimiento y la escasez, el alto costo de la vida y los servicios de salud y un 83,4% tiene problemas para conseguir medicamentos.
Si en los últimos 16 años Venezuela ha vivido una de las mejores bonanzas que haya tenido en nuestra historia, con un ingreso entre petrolero y fiscal cercano al billón quinientos mil millones de dólares, ¿qué explica que hoy día el venezolano sea víctima del abanico de penurias que escenifican nuestro día a día? ¿qué argumentos pueden justificar llegar a este grado de crisis? El último año de deterioro no sólo ha sido la gota que derramó el vaso, es el chorro abierto que aún lo derrama sin cesar; mientras quienes dirigen este avión sin piloto, sin volante y hasta sin GPS han hecho más que evidente su incapacidad para frenar el avance ciego hacia el colapso y el suicidio. ¿Quién se come el cuento ingenuo de la guerra económica? ¿quién entiende que los yanquis sean los terroristas culpables de nuestros conflictos? Esa es la excusa típica del irresponsable: “lo que ocurre no es producto de mi ineficiencia, de mi ineptitud, de mi falta de competencia para enfrentar con compromiso las decisiones que debo tomar”. O no se toma las decisiones por incapaz o, peor aún, porque no interesa revertir lo que ocurre.
Vuelvo entonces a las preguntas que se escuchan entre nosotros mismos en nuestras inevitables conversaciones a diario: ¿cuándo terminará esto? ¿hasta cuándo lo toleraremos? ¿cuándo saldrá el pueblo a expresar su inconformidad?
Ubicados en el plano de quien es consciente de que algo va mal, como en el caso de nuestros gobernantes conduciendo la nación al precipicio, ¿cuál debería ser la reacción comprometida y responsable que ellos deberían asumir? Un diálogo verdadero conciliador para escuchar las propuestas y las soluciones de todos los especialistas y lograr un trabajo en equipo que conduzca a la consecución de las metas que generen beneficios y defiendan los intereses de todos en pro del éxito, prosperidad y crecimiento saludable de nuestra nación; o bien una retirada honrosa, donde se reconozca que es tiempo de que alguien enderece lo que no he podido o no he sabido enderezar. ¿Sería lo lógico, no? Es evidente que la medida a tomar amerita un cambio radical e inmediato.
Repito entonces las preguntas que se escuchan a diario entre nosotros mismos, en nuestras inevitables conversaciones: ¿cuándo terminará esto? ¿hasta cuándo lo toleraremos? ¿cuándo saldrá el pueblo a expresar su inconformidad?
Y nuevamente en el plano de quien es consciente de que algo va mal, pregunto... ¿cuál debería ser la reacción comprometida y responsable de quien es testigo del caos, víctima de la crisis, sufre la escasez, la inflación, la inseguridad? ¿Mantenerse paralizado es la solución? ¿Hacerse la vista gorda es una opción? ¿Ignorar las propuestas que llueven? ¿Criticar la falta de unidad de “los demás” sin aportar esfuerzos propios? Es evidente que la medida a tomar amerita un cambio de actitud inmediato… ¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Dónde me afecta más la crisis? ¿Qué sé hacer mejor? En qué ámbito puedo aportar? ¿Me interesa realmente lograr una nueva Venezuela?