El Mercurio Web | Noticias, Información y Análisis

View Original

Planificando la muerte, por: Emilio Guzmán Rojas (@emilio_guzman)

Definitivamente los voceros del gobierno están convencidos que todos los venezolanos estamos bajo efectos anestésicos y por ende pueden decirnos cualquier bufonada, que todos responderemos “de acuerdo” moviendo el pescuezo hacia adelante; la rueda de prensa que ofreció el primer mandatario nacional sobre el doble homicidio del Diputado Robert Serra y Maria Herrera en vez de aclarar tantas dudas que se tejieron, luego de que los oficialistas acusaron antes tener los actos conclusivos de la fiscalía y contaminaron con charadas el buen curso de las investigaciones, terminaron de ratificar a todas luces que quieren imputar de cualquier forma a factores que a mi juicio no tienen nada que ver con este abominable caso.

La cita con los medios nacionales e internacionales comienza con un video y fotografías completamente llenas de revanchismo político, en las cuales destacaron Uribe Velez, el Diputado Carlos Berrizbetia, Henrique Salas Romer, María Corina Machado, Leopoldo López, eventos de guarimbas, los  paramilitares de la finca Daktaric y sobre todo imágenes y conversaciones del aprendiz de "terrorista" Loren Saleh, todo con la intención subliminal de acomodarles el cerebro a los socialistas incrédulos.  El segundo video de muy mala calidad que nos grafica los supuestos criminales entrando y saliendo de la casa y luego la huida; y un tercer  video mas borroso que el segundo y con la voz modificada como de ultratumba donde el Jefe de Escoltas del hoy occiso confiesa la participación en el complot del asesinato. De aca hagamos la primera interrogante, de los supuestos intelectuales las imágenes y los audios eran claritos, muy nítidos, en cambio a quienes propinaron mas de treinta (30) puñaladas en el corazón del parlamentario les protegieron la identidad, como es eso?

Como se explica que estos terroristas internacionales hayan planificado quirúrgicamente el homicidio durante tres (03) meses y utilizaron un punzón para cometer el doble homicidio, pero además que no hayan detectado durante esos cien (100) días de planificación que había un sistema obvio de circuito cerrado de televisión y para colmo de los colmos que está organización criminal con rango internacional, entrenada por paramilitares en ejercicio y financiada por la CIA, hayan huido en una "peazo ‘e moto”  que tuvieron que prenderla empujada, vayan con esas cobas a las sedes del PSUV, que allí a lo mejor les creen el cuento. Aquí no se trata de descalificar lo que diga el gobierno, pero no crean que la gente es bolsa.

Respeto la opinión de los investigadores, mas no de los políticos, como es posible que salgan reflexiones luego del evento donde surjan ideas como la de la creación de una escuela de escoltas, ósea, que la escuela donde estudio este asesino funcionario de la Policía de Caracas no sirve, entonces estamos en el abismo, ya que la nómina de Policaracas supera los diez mil hombres.

De acuerdo a muchos este  crimen pudiera ser pasional, este criterio yo lo comparto, ya que un delito en el que el perpetrador comete el hecho, especialmente un ataque o asesinato a causa de una repentina alteración de la conciencia, causada por sentimientos como los celos, la ira o el desengaño, y no es, por lo tanto, un crimen premeditado, el homicida descarga toda la rabia y humilla a la víctima personalmente.  El Mercenario, el sicario y los terroristas acaban con la vida de la gente regularmente con un disparo, atentados explosivos, incendios, o por promulgación bacteriológica, pero el contacto con la víctima no es de 50 heridas con arma blanca, degollar y salir es suficiente. Sin embargo lo que me crea suspicacia es la cantidad de participantes en el hecho, es probable que la decisión de matar la hayan tomado en el sitio luego de conseguir algo mas que la humillación lograda. De lo contrario estaríamos en presencia de un delito de odio  el cual se desata por una conducta violenta motivada por prejuicios que  tienen lugar cuando una persona ataca a otra y la elige como víctima en función de su pertenencia a un determinado grupo social, según su edad, raza, género, identidad de género, religión, etnia, nacionalidad, ideología o afiliación política, discapacidad u orientación sexual.