Migrantes venezolanas reinventaron los platillos típicos de su país y ahora triunfan con su emprendimiento en EEUU
Las venezolanas Carolina García y Carolina Salinas emigraron en 2015 a Estados Unidos. Un año más tarde nació el negocio que ofrece comida venezolana con un toque innovador
Con información de VOA Noticias
CARACAS — Cuando las venezolanas Carolina García y Carolina Salinas emigraron en 2015 a Massachusetts (Boston, EEUU) decidieron que querían emprender. Un campo que no les era desconocido, ya que en Venezuela fueron dueñas de un negocio de grabados láser durante 14 años.
La opción que eligieron fue la gastronomía, y aunque empezaron con la venta de dulces, luego optaron por la comida tradicional de su país, pero con un toque innovador para atraer a compatriotas y extranjeros. Así nació Carolicious.
“Somos emprendedores de alma y de corazón, entonces decidimos averiguar cómo se formalizan los negocios acá para estar seguros de qué pasos teníamos que dar. Por cosas de Dios en ese momento se estaba abriendo un programa que ayudaba a migrantes a emprender en él área gastronómica, nos registramos, empezamos a trabajar con dulces (y) no resultó, luego intentamos con arepas y lo hicimos”, recuerda Carolina García, una de las creadoras, en entrevista para la Voz de América.
El emprendimiento de comida venezolana abrió oficialmente en el año 2016, cuando comenzaron vendiendo solo arepas (masa de maíz que se rellena con proteínas y otras mezclas) en festivales gastronómicos en la ciudad de Somerville. Actualmente Carolicious tiene sede en tres lugares.
“La arepa es un alimento realmente noble, una herencia gastronómica y cultural que agradecemos infinitamente porque no solo a nosotros sino a muchos que han emigrado les ha hecho posible que rehagan su vida y estabilidad económica. No hay gente que no le guste la arepa (…) Imaginarán la emoción de nosotros cuando veíamos las colas de gente esperando por sus arepas, fue una maravilla y bendición”, detalla.
Innovación, clave del éxito
Carolicious es innovador desde la concepción de su nombre, que combina el nombre de las propietarias - Carolina García y Carolina Salinas - con la palabra “delicioso”, pero en inglés, atendiendo a que son los estadounidenses sus principales consumidores.
Inicialmente su propuesta solo incluía arepas, pero cuando abrieron su primer negocio en el año 2019, Salinas y García acordaron complementar su menú agregando pabellón (plato venezolano que incluye frijoles, arroz, carne desmenuzada y plátano).
Allí la innovación también tuvo protagonismo, pues las venezolanas quisieron hacer una fusión entre comida venezolana y americana. El resultado fue un bowl de pabellón con pico de gallo. “Sabemos que el pabellón no lleva pico de gallo, pero nosotros le agregamos eso que es muy fresco con ese ácido espectacular que se mezcla con todos los sabores del bowl y de verdad ha conquistado todos los paladares. El bowl pabellón es sin duda una joya en nuestro menú, la gente lo ama”, afirma García.
Sobre los retos que supone abrir un emprendimiento gastronómico siendo migrantes, Carolina García confiesa que son los mismos a los que se enfrenta cualquier emprendedor. Recalca que lo importante es adaptarse a la cultura y dejar que las cosas vayan fluyendo. “Yo creo que la actitud que hemos tenido ante nuestro emprendimiento y la cultura de adaptarnos es lo que nos ha permitido colarnos, dejarnos sentir y crecer y afianzar nuestra propuesta hasta tener un emprendimiento bien exitoso”.
Por ahora Carolicious se mantiene trabajando en sus tres sedes y están por abrir una cuarta locación que será con un estilo gourmet. Una apuesta con la que esperan seguir atrayendo a más comensales. “La receptividad ha sido fantástica. No nos cansamos de agradecer a todos los clientes, tenemos clientes recurrentes semanales, fijos que son parte de nuestra comida, la aman y la quieren a diario”.
Su emprendimiento y la historia de su éxito también forma parte del libro Una arepa por el mundo, que retrata a dueños de emprendimientos de arepas en diferentes países.
“Estamos orgullosas de pertenecer a este selecto grupo que deja un testamento importante para esta Venezuela que se reinventa fuera de su país y está dejando en alto su nombre. Estamos en todas partes, el libro así lo demuestra”.