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A base de torturas, asesinatos y violaciones el Tren de Aragua disputa territorio al ELN

“El Tren de Aragua es la organización más disruptiva que hoy registra América Latina”. Las autoridades colombianas aseguran que La Parada es el primer lugar conquistado fuera de Venezuela por la banda criminal

Con información de CNN

CNN) –– La Parada es la primera población de Colombia que consiguen los venezolanos al pasar el Puente Simón Bolívar desde el vecino estado Táchira, en Venezuela. El lugar es uno de los varios pueblos limítrofes desperdigados en los 2.219 kilómetros de frontera que comparten ambos países.

Sin embargo, las autoridades colombianas aseguran que La Parada es el primer lugar conquistado fuera de Venezuela por el “Tren de Aragua” (TDA), una temida banda del crimen organizado que nació en la cárcel de Tocorón, en el centronorte del país, y que se ha expandido por el continente americano en los últimos cinco años.

CNN pudo constatar en un informe confidencial de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de Colombia de 2020, y que forma de la filtración de miles de documentos de la Fiscalía general de ese país compilados en el proyecto Narcofiles, liderado por la plataforma de periodismo de investigación OCCRP, cómo la banda ha ganado terreno en Colombia a punta de poder de fuego.

Los documentos dan cuenta de la incursión del TDA en territorio colombiano a mediados de 2017 “en el corregimiento de La Parada” ubicado en el municipio Villa del Rosario, en el Norte de Santander, Colombia, aprovechándose de la salida de miles de venezolanos que viajan en autobús o a pie huyendo de la crisis económica, la persecución política o la falta de oportunidades en su país.

Algunos migrantes han emprendido el viaje hacia el exilio por los puentes oficiales. Otros, se movilizan a través de las "trochas" que unen a ambos países, caminos de tierra inseguros controlados por grupos criminales que han encontrado en el tráfico ilegal ––de personas, estupefacientes, víveres, chatarra–– una fuente importante de recursos.

El coronel Carlos García es el comandante encargado de la Policía de Cúcuta, la ciudad ubicada a menos de 7 kilómetros de La Parada. En entrevista concedida a CNN explicó que desde Colombia contrabandean hacia Venezuela “medicamentos, insumos para el aseo, víveres, elementos de primera necesidad”, mientras que en sentido contrario ingresa “chatarra, plástico, icopor (poliestireno), que son cosas que se están utilizando para reciclaje” a través de los pasos informales.

García señala que estas economías informales e ilegales incentivan la presencia de grupos armados que se disputan el control de esa economía con cobros por el cruce de los vehículos o de las personas.

Y aunque el comandante policial señala que hay varios grupos delincuenciales afincados en la zona, el Tren de Aragua y la guerrilla colombiana conocida como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) son notorias por la mortal competencia entre ellos para monopolizar el control de los recursos.

En un informe de inteligencia del Ministerio de Defensa Nacional producido en 2020 e incluido en la filtración de Fiscalía, narran cómo el TDA ganaba terreno en La Parada “mediante el uso de armas”.

CNN consultó al Ministerio de Defensa, pero aún espera respuesta.

El documento da cuenta de que en diciembre de 2019 se presentó una confrontación armada en esa misma localidad fronteriza entre miembros del Tren de Aragua y del ELN “en donde fueron empleados fusiles de asalto y granadas de fragmentación”.

Según los documentos, el Tren de Aragua “impuso su poder bélico, logrando establecerse en el lugar como máximo controlador de la economía ilegal”.

Especifican que la Policía Nacional logró determinar que las principales fuentes de financiación del Tren de Aragua en La Parada eran la distribución de estupefacientes (marihuana, bazuco y clorhidrato de cocaína), así como las extorsiones y los homicidios selectivos, para lo cual utilizaban armas de corto y largo alcance. En el documento se lee: “Su accionar es muy similar al de los carteles mexicanos, utilizan violencia desmedida para demostrar su poder y a quien traicione o no obedezca ordenes, su asesinato (sic) lo pone como ejemplo para que otros no piensen por ningún motivo seguir estos pasos”.

El coronel García explica que la guerra entre estos dos grupos es “a muerte”, y aunque afirma que actualmente el TDA se ha ido reduciendo en número en los últimos años en la zona y el ELN tiene el control de la mayoría de los pasos ilegales, la lucha es “a sangre y a fuego”.

El 19 de octubre de 2021, la Policía halló el cuerpo desmembrado de una persona que había sido arrojada a un canal dentro de un costal en el sector del Canal de Aguas que conduce a La Parada, según revela un dossier de la Fiscalía de la filtración con fecha de 2021.

La denuncia fue presentada a los investigadores luego de que los victimarios grabaran un video en el que se ve cómo “torturaban a esta persona… le propinaron varias heridas con arma cortopunzante, mientras que varios integrantes le tenían de manos y pies”.

La Policía determinó que los responsables eran miembros del Tren de Aragua y la víctima fue identificada como un guerrillero.

Unos meses antes, en enero de 2021, dos personas más habían muerto a manos de la organización en la localidad, ambas señaladas de ser integrantes del Ejército de Liberación Nacional, como lo refleja otro memorando de la Fiscalía.

Los residentes de la zona han quedado atrapados en el medio de esta confrontación que ha sido exhibida abiertamente con grafitis en las paredes.

Una habitante de La Parada –que resguarda su nombre por seguridad- dice que vivir ahí “es un infierno. Todo el mundo siente miedo y estamos en el olvido total”.

En mayo de 2023, el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, se declaraba “totalmente insuficiente” para afrontar la ola de violencia que azota a la zona y pedía más apoyo de las fuerzas de seguridad del Estado, según reporta Caracol Radio.

La pesadilla de las víctimas: un secuestro macabro

Una persona, familiarizada con la situación y que prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a represalias de la banda, afirma: “El Tren de Aragua ha ganado mucha fuerza porque recluta a niñas. Las consiguen en Venezuela, las traen engañadas y se las venden al cártel de México, al cártel de Sinaloa, que también está operando en Villa Rosario y La Parada y eso es silencioso, porque desaparecen muchas personas, por ejemplo, en las trochas”.

Muchas de las jóvenes que cruzan la frontera por las trochas son engañadas, obligadas a prostituirse o, tal como nos dice una residente local con conocimiento del caso, son forzadas a realizar transmisiones en vivo en sitios web pornográficos, mientras otras personas a la distancia les dan instrucciones de cómo deben moverse o qué hacer frente a la cámara, describe la fuente.

Pero en el caso de Carolina, una mujer que utiliza este nombre ficticio para resguardarse, su realidad no fue virtual sino de carne y hueso. Según un testimonio ofrecido a CNN, llegó a Colombia engañada por una amiga de crianza que le prometió un trabajo con un familiar.

Nada más llegar se dio cuenta de la trampa que le habían tendido a quienes reconoció como miembros del Tren de Aragua. Asegura que por dos meses estuvo amarrada y encadenada a una cama, mientras era violada sistemáticamente por varios hombres cada noche.

Afirma que los primeros días fueron los líderes de la banda y luego otras personas. Durante ese lapso casi no le permitieron ponerse de pie; meses después dice que las llagas que le salieron en las nalgas y en la espalda no han sanado. No le daban casi comida; no le permitían salir al sol; la drogaban hasta el punto de que, asegura, no sabía lo que hacía; no la dejaban bañarse; le tapaban los ojos y aunque sabía que en otras habitaciones había más mujeres, confiesa que su única compañía “eran los ratones”.

Dice que logró escapar del encierro gracias a que uno de los hombres que la visitó se conmovió de su situación, la liberó y luego se convirtió en su pareja. Agrega que durante mucho tiempo tuvo pensamientos suicidas y que ahora se atreve a salir a la calle, pero solo si está acompañada.

La locomotora llega a Bogotá y sigue

La fecha exacta del origen del Tren de Aragua no está clara. Mientras que la agrupación Insight Crime asegura que nació en 2005 como parte del sindicato de obreros que laboraban en la construcción de un proyecto ferroviario; otros expertos lo atribuyen a la llegada a Tocorón ––en 2012–– de Héctor Ruthenford Guerrero Flores, conocido como el “Niño Guerrero” y líder de la banda.

Sus instalaciones fueron tomadas y desalojadas el 20 de septiembre de 2023, por 11.000 efectivos civiles y militares, según el gobierno de Venezuela.

Liderada por Héctor Guerrero, conocido como el “Niño Guerrero”, la organización se ha extendido como una metástasis primero por Colombia y luego Chile, Perú, Bolivia y Ecuador. Las autoridades de Costa Rica niegan haber detectado su presencia allí.

Según la página web de la Fiscalía colombiana, el Tren de Aragua tiene presencia en al menos ocho lugares del país y su influencia llegó a aterrorizar a los habitantes de Bogotá.

En mayo de 2023, la Fiscalía Nacional de Colombia anunció la imputación de tres integrantes del Tren de Aragua por su presunta participación en un crimen múltiple sucedido el 4 de septiembre de 2022. Según la Fiscalía, estos individuos entraron en un bar en el barrio Chapinero, en Bogotá, en donde “torturaron y desmembraron” los cuerpos de cuatro víctimas y los distribuyeron en 15 bolsas plásticas que fueron dejadas en la vía pública.

La general Sandra Patricia Hernández, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, le aseguró a CNN que se han hecho tres operativos para golpear el funcionamiento de la banda en la ciudad y que han capturado al menos a 128 de sus integrantes. “También se les ha logrado afectar su economía en más de US$ 1 millón anuales que habían sido obtenidos a través de estas extorsiones, a través de la comisión de algunos homicidios selectivos” y de la comercialización de drogas.

CNN contactó a la Fiscalía General de Colombia para obtener un comentario sobre la presencia de la banda en el país, pero sin respuesta.

Por su parte, el presidente de Colombia Gustavo Petro hizo alusión este 7 de noviembre en sus redes sociales a las primeras publicaciones que forman parte del especial #Narcofiles y que abordan el tema de la producción, venta y distribución de sustancias estupefacientes y del nuevo orden del crimen organizado. Al respecto, se preguntaba: “¿Cómo se diseña un proceso de paz en Colombia en esta nueva fase de la violencia en el país? ¿Cómo sería de errada una estrategia de seguridad pensada para anteriores fases de la violencia en Colombia, política, ideológica, si se aplican de manera ignorante a la nueva realidad de las economías ilícitas como ejes centrales de la violencia actual?”

“El Tren de Aragua es la organización más disruptiva que hoy registra América Latina”, dijo a CNN Óscar Naranjo, exvicepresidente de Colombia, general retirado de la Policía Nacional de Colombia y uno de los artífices de la caída del cartel de Medellín.

“Yo diría que la característica básica es la de una violencia que no se detiene ante nada. Han asesinado a menores de edad, han torturado a jóvenes, han descuartizado ciudadanos y particularmente no se conforman con eso, sino que quieren mostrarlo, hacerlo público, visible, para intimidar al conjunto de la sociedad. Y una sevicia que nunca habíamos visto aquí en Bogotá”, agregó Naranjo.

La localidad de Kennedy, en Bogotá, cuenta con aproximadamente 1.200.000 habitantes en unos 525 barrios. En esa pequeña ciudad ubicada en las entrañas de Bogotá hay un conjunto residencial llamado Patio Bonito. Y esta inmensa urbanización también se convirtió en una víctima colectiva del Tren de Aragua.

Por debajo de las puertas de los departamentos comenzaron a llegar panfletos en los que amenazaban a los habitantes con envenenar el agua potable o incendiar los ascensores, asegura Edwid Zartos Niño, administrador de Parque Central Tintal, un complejo residencial cercano.

En entrevista a CNN explica que tras las amenazas se hizo necesario contratar vigilancia privada y se creó un grupo de vigilancia entre los copropietarios.

Cristian Cortés era un vecino de Kennedy, quien asegura que a su vivienda llegaron los panfletos. Atenazado por la inseguridad que sentía en Bogotá decidió viajar a Estados Unidos con varios miembros de su familia.

Lo que no sabía es que pronto, la sombra del Tren de Aragua se extendería hasta esa parte del mundo.