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Vicepresidente de Surinam fue titular en un partido por la Liga Concacaf

El político es futbolista y se ha convertido en el jugador más veterano en jugar partido oficial

Juan Afonso/@jcabnews

Un país del que poco se habla en Sudamérica es Surinam, una pequeña nación localizada al este del Cono Sur donde predomina mucho la selva. Su idioma oficial es el neerlandés y su capital es Paramaribo.

Este 21 de septiembre ese país resaltó en las noticias deportivas por el equipo Inter Moengotapoe, que participa en la Liga Concacaf, pero no porque fuera goleado como local por 0-6 por el Club Deportivo Olimpia (Honduras), sino por un curioso hecho: el equipo tiene al jugador más veterano en activo del mundo; Ronnie Brunswijk, que cuenta con 60 años de edad.

Pero las curiosidades no terminan allí. Resulta que Brunswijk es el vicepresidente de Surinam, y también es el presidente del Inter Moengotapoe, que disputa sus partidos en el estadio que lleva el nombre de esta personalidad. Además, él es el capitán del equipo.

Brunswijk jugó 28 minutos de partido y luego salió sustituido. Al terminar el partido, se dirigió a los vestuarios del Olimpia y le dio dinero en efectivo a todos los jugadores, algo que podría considerarse ilegal según normativas de cualquier entidad reguladora del fútbol.

Otros detalles de Brunswijk es que es empresario, fue paracaidista militar, formó un grupo guerrillero llamado Jungle Commando (Comando de la Jungla), también conocido como Ejército Nacional de Liberación de Surinam, que luchó en una guerra civil en ese país entre 1986 y 1992 contra el régimen de Desi Bouterse. Ese conflicto terminó con la firma de un pacto de no agresión.

Brunswijk no podrá estar presente en el partido de vuelta a disputarse en Honduras contra el Olimpia, porque se encuentra requerido por Interpol bajo cargos de crímenes de guerra, secuestro y narcotráfico. Países Bajos y Francia lo acusaron de financiar su milicia traficando cocaína.

Se supo además, que robaba bancos para luego repartir dinero en zonas pobres de Surinam. Lo habían capturado por este delito, pudo escapar y se refugió en Países Bajos. Regresó en 1986 para crear su milicia rebelde. Brunswijk a menudo asegura que financió esta guerrilla con dinero proveniente de minas de oro y madera.