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La UCAB alerta sobre los abusos contra los migrantes venezolanos en cinco países

De acuerdo al informe de la UCAB muchos de los venezolanos son llevados al exterior bajo engaño, debido a que caen en las promesas de algunos timadores que están en las redes sociales

Redaccion

Los venezolanos que han emigrado a otros países, son presas fáciles de lo que llaman «esclavitud moderna», así como también de abuso laboral. Esto, lo reveló el más reciente informe publicado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Solamente el 21% de los migrantes que están en Trinidad y Tobago, Panamá, República Dominicana, Costa Rica y Guyana, trabajan sin recibir alguna remuneración o han sido retenidos en contra de su voluntad, señala el documento.

En el texto hay reseña sobre las dificultades por las que han pasado los migrantes venezolanos, entre esas: la prostitución forzada, en la que las familias se convierten en victimarios. Además, viven en condiciones precarias, sobre todo mujeres, niños y jóvenes.

En ese sentido, el informe de la UCAB realizó estas investigaciones con encuestas directas a migrantes y apoyo en estudios actuales, tomando en cuenta a la Organización Internacional de Migraciones que mostró las formas de esclavitud moderna en un 21% de al menos 4.600 ciudadanos venezolanos que están en los países mencionados anteriormente.

De acuerdo al informe de la UCAB muchos de los venezolanos son llevados al exterior bajo engaño, debido a que caen en las promesas de algunos timadores que están en las redes sociales, sobre todo Facebook e Instagram, principales canales de captación, en donde les ofrecen diversos empleos y continuación de estudios, situación que no coincide cuando llegan al país destino.

Adicionalmente, los migrantes también pueden arriesgar sus vidas cruzando peligrosos caminos para poder llegar a otros países. Tal es el caso de la selva de Darién que conduce a Panamá.

Unos 11.000 migrantes venezolanos fueron registrados por Panamá solamente en el mes de junio de este año. Llegaron desde Colombia y atravesaron la selva de Darién, enfrentando montañas, precipicios, barros, crecidas de ríos, caídas, infecciones de la piel, picaduras de insectos y además con la presencia de asaltantes que les quitan sus pertenencias y hasta los alimentos que llevan para aguantar el trayecto.