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María Corina Machado: “En este momento la ingenuidad puede ser tan letal como la complicidad”

La ruta electoral parece marcar la agenda política de Venezuela en los actuales momentos, donde la situación eleva las tensiones dentro de la oposición mientras se avanzaba en la constitución de un nuevo CNE

Redacción

Lanza su voz crítica contra quienes piensan que se ha avanzado con la designación de un nuevo CNE porque, entre otras cosas, hay una falla de origen: negar el carácter usurpador de la dictadura al reconocer a la Asamblea Nacional Ilegítima que hace las designaciones. Además, para María Corina Machado el régimen no está haciendo alguna concesión al añadir algunos nombres al CNE, al contrario, está avanzando en todas las áreas para seguir amarrado al poder. A esto se suman los que observan espacios de convivencia, los que se benefician si quitan las sanciones y los que quieren obtener, a través de privilegios, activos de la República.

La ruta electoral parece marcar la agenda política de Venezuela en los actuales momentos, donde la situación eleva las tensiones dentro de la oposición mientras se avanzaba en la constitución de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), que algunos aplauden como un paso en la búsqueda de soluciones al conflicto del país. Entre los dirigentes que cuestionan el proceso se encuentra María Corina Machado, quien desde Vente Venezuela ratifica que no se prestará para una farsa.

-¿Por qué usted dice que la avalar la designación del nuevo CNE es dar un paso al vacío?

-Porque es una jugada de la dictadura para quitarse la etiqueta de Estado criminal y régimen usurpador. Les viene como anillo al dedo un proceso de normalización, porque su meta es lograr legitimidad internacional y que les quiten las sanciones. Es una estrategia que ya el régimen ha usado en el pasado, y para la que se ha prestado gente consiente e inconscientemente. Creo que volver a caer en esta dinámica tendría un costo altísimo, y pienso que quienes apuntalen este proceso están colaborando y plegándose a la tiranía. ¿Alguien cree que esta estrategia del CNE chavista y de las pseudo elecciones ayuda en algo a rodear a Maduro? Yo no lo creo.

-El nombre de Roberto Picón ha creado expectativas y generado confianza en ciertos sectores, ¿usted qué piensa?

-Es que el punto no es la confianza o desconfianza sobre alguno de los actores, el punto es si ellos tienen la capacidad y el margen de revertir con su actuación la estrategia de un sistema de mafias. Por ejemplo, en el estado Táchira si ocurre una eventualidad en las elecciones, ¿va a decidir el señor Picón o va a decidir el ELN? En Apure, ¿decidirá el señor Picón o el guerrillero alias Gentil Duarte? En Bolívar, ¿decidirá Picón o las mafias de la minería ilegal? En la Cota 905, ¿manda el CNE o El Coqui?, ¿de qué estamos hablando entonces? Es obvio que en un sistema democrático es mejor un 3 a 2 que un cinco a cero; pero en este caso es absolutamente irrelevante, porque, aquí las armas, los tribunales, el territorio y todo el poder están en manos de la mafia. Y lo digo desde la perspectiva de nuestro partido Vente, nosotros somos una organización política que tiene como propósito llegar al poder para transformar a Venezuela; pero es llegar al poder, no prestarnos a una farsa.

-Entonces, según su óptica, ¿los políticos opositores que acompañan a este CNE no quieren llegar al poder ni gobernar de verdad?

-Tienes que preguntárselo a ellos, para mí la situación es muy clara y yo no voy a especular sobre cuáles son sus razones. Algunos te dirán que es confusión, otros que es presión o extorsión. Yo, siéndote muy franca creo que en este momento la ingenuidad puede ser tan letal como la complicidad. Por eso me hago tres preguntas: ¿Estas serán elecciones o asignaciones? Cuando los señores que se sientan a negociar con Jorge Rodríguez, ¿negocian las condiciones para que tu voto elija, o las alcaldías que les van a asignar? Veremos… y la tercera pregunta es ¿si llegas al poder, y en teoría gobiernas, estarías contribuyendo a la liberación de Venezuela o dándole legitimidad al régimen? Insisto, para mí este proceso en sí mismo niega el carácter usurpador de la dictadura, porque si reconocen a ese CNE reconocen a la Asamblea Nacional Ilegítima y si hacen esto, reconocen a Maduro. Por eso, para mí, es irrelevante a quiénes nombren en el CNE.

-¿Quiénes son esos políticos que usted dice que se sientan a negociar con Jorge Rodríguez?

-No voy a dar nombres, no necesito hacerlo, porque la gente sabe quiénes son y los están poniendo en su lugar.

-¿A qué atribuye que destacados analistas, académicos y personalidades de la opinión pública estén dando un voto de confianza a este nuevo CNE?

-La verdad es que no lo sé y me sorprende. Yo puedo entender que es muy duro asumir una condición de firmeza, pero pienso que lo más importante en este momento es no retroceder en las posiciones asumidas y logradas. Mucha gente dice que estamos solos, que no hay apoyo internacional y que no hay disposición de los países aliados para acompañarnos; pero yo creo que tuvimos una circunstancia inmejorable en estos últimos dos años y creo que una buena parte de la responsabilidad de no haber logrado el propósito final, la tuvo una dirigencia política que se mostró contradictoria e incoherente, que por un lado hablaba de rodear a Maduro y por la puerta trasera se sentaba con los criminales y planteaba un proceso de cohabitación con ellos. Eso generó una enorme desconexión con gran parte del país y una desconfianza profunda en aliados internacionales muy relevantes.

-Llama la atención que el ex presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, haya quedado como rector suplente, ¿hay intereses económicos o empresariales detrás de designación del nuevo CNE?

-¿Quién se beneficia si quitan las sanciones a las actividades ilegales y devuelven acceso al financiamiento internacional? Haz una lista y ahí tienes la respuesta, pero ahí están los tenedores de bonos, los que están haciendo operaciones de legitimación de capitales y aquellos que quieren obtener, a través de privilegios, activos de la República. Está muy claro que hay gente dispuesta a hacer dinero a costa del hambre y la prolongación del sufrimiento de los venezolanos.

-¿Esta aparente disposición de ceder en algo que tiene el madurismo y el nombramiento de este CNE, potable para muchos, tiene que ver con una negociación planteada desde la comunidad internacional?

-¿Qué está cediendo?, ¿de qué sirven esos nuevos miembros del CNE? Yo no entiendo por qué dicen que el régimen está haciendo concesiones. ¿Está cediendo algo en la frontera?, ¿o en el control territorial?, ¿o en materia de presos políticos?, ¿o con la libertad de expresión? Yo, honestamente, lo veo es avanzando en todas las áreas para seguir amarrado al poder.

-¿Entonces para usted esto no tiene que ver con una posible negociación internacional?

-Sí, claro que tiene que ver con el tema internacional y con su aspiración de que le quiten las sanciones, por eso digo que es una gran farsa, para la que se prestan algunos. Es muy claro que existen actores internacionales como José Luis Rodríguez Zapatero o Josep Borrell, operando para que la dictadura pueda conseguir la fachada demócrata que tanto necesita y esto lo hacen por razones políticas, geopolíticas, ideológicas y económicas.

-¿Cuál es su opinión sobre las gestiones que actualmente está haciendo el Reino de Noruega para lograr una negociación entre gobierno y oposición?

-El precedente de Noruega en la región son los diálogos de paz de Colombia en La Habana. Ahí se gestionó que parte de la guerrilla se viniera a Venezuela, para así aligerar el conflicto en suelo colombiano, pero lo que terminó ocurriendo fue que Maduro les dio dinero, tierras y armas; y ahora se regresan al vecino país a tomar territorios, infiltrar manifestaciones y desestabilizar el gobierno del presidente Iván Duque. ¿Eso es lo que queremos replicar aquí? Pienso que no.

-En las diversas visitas que ha hecho la delegación de Noruega al país, ¿se han reunido con usted?

-Sí, yo he hablado varías veces con ellos.

-¿No tiene ninguna expectativa sobre el proceso que ellos pretenden ensamblar?

-Eso va a terminar de la misma forma que se han acabado los anteriores trece diálogos que hemos tenido estos años. Yo aspiro que la solución al drama venezolano pueda darse en un proceso de negociación, pero en uno que establezca los términos y las garantías para la salida del régimen. Hasta ahora en todos lo pseudo diálogos que han tenido lugar aquí, la contraparte del Gobierno no ha tenido la fuerza real para crear los incentivos necesarios que hagan salir al dictador.

-¿Y cómo se crean esos incentivos?

-Yo considero que esto solo lo podemos lograr si se crea una coalición de democracias fuertes, que tienen la capacidad coercitiva para operar frente al régimen. Quiero aprovechar para ser muy clara con lo de capacidad coercitiva, porque hay muchos que banalizan y ridiculizan esto, diciendo que nosotros lo que hemos pedido es una ocupación o marines estadounidenses en La Guaira. Nosotros lo que hemos dicho es que esta guerra hay que ganarla en varios terrenos, pero sobre todo en el de la judicialización, porque estamos tratando con criminales. Así será la situación y la violación de derechos humanos, que la Corte Penal International está avanzando en sus gestiones contra Maduro y la Organización de las Naciones Unidas se ha tenido que pronunciar.

-Pero pareciera que en este momento la comunidad internacional no está en esa página de presión, sino en la de un proceso de negociación. Por ejemplo, ¿siente que hoy es posible activar un mecanismo como el R2P?

-¿Cuántos muertos más hacen falta? Yo no puedo contestarte si están dadas las condiciones políticas, hoy, para que eso se active; pero te puedo asegurar que es éticamente impostergable e indispensable hacerlo para detener el horror que aquí vivimos. Y somos los venezolanos, de adentro y de afuera, los que tenemos que obligar, y lo digo así ¡obligar! al mundo, a poner a Venezuela en el centro de las prioridades. El régimen quiere desmoralizar a la gente y quebrar a los líderes, pretende que hasta el último venezolano piense que no hay nada que hacer, que estamos solos, que Maduro está fuerte y que por lo tanto hay que ver cómo uno se acomoda en la jaula. Hay expresiones de personas de la sociedad civil que literalmente dicen que “hay que hacer la jaula más grande”, como si el problema aquí fuera de alpiste. Ahora, yo te digo, si los negociadores son también rehenes, ni alpiste va a recibir el pueblo de Venezuela. Aunque tal vez ellos sí reciban.

-¿Y usted qué propone, cuál es su ruta en este momento?

-Yo ya he propuesto y lo he puesto en blanco y negro, con todo lo que ello implica: Aquí no se claudica, no se reconoce a Maduro, no se retrocede en las posiciones que ya logramos y no se cae en más trampas. Repito, este movimiento alrededor de una farsa electoral es una mega trampa, con la que Maduro pretende quitarse, ante la comunidad internacional, la etiqueta de criminal y un usurpador.

-¿No cree que su ruta, nuevamente, tiene un problema de viabilidad?

-Con todo respeto, una cosa es la ruta y otra son los actores. Que hayamos perdido una batalla con estos dos años del interinato, no significa ni que perdimos la guerra, ni que nos vamos a dar por vencidos; ni muchos menos que vamos a retroceder o entregarnos. Estoy totalmente en contra de la idea de que por no haber logrado sacar al régimen con el Gobierno interino, entonces hay que aceptar los términos que plantea el dictador para este proceso electoral. Eso es claudicar, no lo disfracen. No importa cuántos ni quiénes sean los rectores, pueden ser la Madre Teresa de Calcuta y José Gregorio Hernández; pero Padrino López, Maikel Moreno y “El Coqui” les pasarán por encima.

-A su juicio, ¿el Gobierno interino tiene vigencia o razón de ser en este momento?

-Lo que pienso que ha debido hacer el Gobierno interino y lo que han sido sus errores y aciertos, lo plasmé en una comunicación que le entregué personalmente a Juan Guaidó y se hizo pública. Pero esto no es un problema político nada más, estamos ante la disolución de la nación, porque la democracia e incluso la República la perdimos hace mucho tiempo. Nosotros tenemos una enorme responsabilidad y por eso hay que decir las cosas como son: La gente necesita comer y se ilusiona con una salida fácil, pero eso no va a ocurrir y no queda otra que promover una gran coalición de individuos, no de organizaciones, sino de personas, de aquí y de afuera, que haga el trabajo que no se hizo en estos dos años.

-¿Desde cuándo no habla con el presidente interino Juan Guaidó?

-Hace pocos días fue la última vez que hablamos.

-¿Y ahora qué viene?

-Ahora, yo considero que todos los dirigentes sociales, sindicales, empresariales, religiosos y políticos, tenemos la responsabilidad de unirnos bajo un solo propósito. El problema no es que la oposición esté unida, sino que esté fuerte. Hay algunos que, en nombre de la unidad, lo que hicieron fue infiltrar y neutralizar a la oposición, pero ya se han caído las caretas, se han desenmascarado, y ahora todos vemos que quienes están más cerca de la tiranía, eran los que estaban liderando la conducción política hasta hace minutos; por eso yo no creo que esto sea un tema de organizaciones, sino de individuos que compartimos un propósito y un código de conducta.

-Todo indica que con estas eventuales elecciones regionales se dividirá aún más a la oposición.

-Hay dos visiones, está quien cree que con Maduro se puede convivir, y está dispuesto a conformarse con algunas cuotas, que para mí son cuotas de nada, porque no son cuotas de poder; y por otro lado, estamos quienes creemos que a estos criminales hay que sacarlos. Me dices que la oposición se está dividiendo, pero no creo eso, yo lo que creo es que se está evidenciando que había dos objetivos distintos y una dirección política contradictoria. Si hay personas infiltradas que en tiempo real le reportan al régimen cada movida y cada decisión, no hay chance de éxito; y hoy sabemos que eso es lo que ha ocurrido todos estos años. Entonces, creo que estamos ante una oportunidad de definiciones, y tiene que haber una gran madurez para entender quién está dispuesto a ello.

-Esta realidad que se avecina no motiva en nada a una sociedad que luce decepcionada de los políticos y preocupada por sobrevivir.

-Totalmente, la gente está decepcionada. La indignación ante los escándalos y traiciones es devastadora y por supuesto que mucha gente ha decidido dedicarse a sobrevivir, pero al final, este régimen no te permite ni la sobrevivencia. Dicen que yo divido a la oposición, pero ¿divido qué?, ¿no se planteó que el desmontaje del sistema de mafias es el único camino para recuperar al país? Eso hay que hablarlo y decirle a la gente que esto no es un tema político, sino existencial. Los errores políticos se pagan hoy en día con muertos, por eso no podemos seguir dándole largas a esto.

-Hablando de muertos, ¿cuál es su apreciación del conflicto en el estado Apure?

-La comunidad internacional actúa si ocurre una situación de genocidio y violación masiva a los Derechos Humanos, cuando hay una amenaza a la seguridad nacional de un país, y cuando existe un conflicto armado. En Venezuela se están dando las tres. Nosotros habíamos alertado sobre el riesgo de que este conflicto entre criminales se exacerbara, tomando como víctima a la población civil desarmada; y ahora estamos hablando de más de 6 mil desplazados, casos de falsos positivos de las FAES e incluso asesinatos de familias enteras. En Apure hay una disputa por un territorio muy particular, esa zona de La Victoria es una llanura óptima para el contrabando de drogas, ahí hacen vida grupos criminales hace más de 20 años; y sin embargo, el régimen criminal, para defender a Santrich e Iván Márquez, envió a combatir a unas Fuerzas Armadas totalmente debilitadas y en proceso de disolución. Los mandaron a un matadero y algunos soldados venezolanos han muerto y otros han desaparecido, prácticamente haciendo de tiro al blanco, es una cosa monstruosa. Esto ha tenido un impacto enorme en el seno de la Fuerza Armada, porque entienden que el régimen ha llegado al extremo de usar a nuestros militares como defensores de los cabecillas de la guerrilla en Venezuela.

-¿Para usted la salida a la crisis política venezolana pasa o no pasa por la Fuerza Armada?

-Incluye a la Fuerza Armada.

-¿Y existe una estrategia por parte de la dirigencia opositora para hablarle a la Fuerza Armada?

-Yo creo que la estrategia con la Fuerza Armada es la misma que para el país, y se llama confianza. Confianza y credibilidad, punto. Hay que transmitir que hay una visión clara, una estrategia sólida y un compromiso irreductible de permanecer allí y de no quebrarse, creo que eso al final puede comprometer a cualquier ciudadano, civil o militar.

-¿Qué le dice a quienes comparten sus tesis, pero no entienden cómo se pueden ejecutar?

-En un momento no eran muchos quienes se conectaban con lo que yo planteaba, ahora yo creo que es la mayoría del país. Creo que en un contexto de agresión implacable como la que hay aquí, hablar es hacer; denunciar es hacer; acompañar a las familias del naufragio de Delta Amacuro es hacer; estar con la gente desesperada que no pueden ni recuperar los cuerpos de sus familiares que murieron por Covid-19 es hacer; decir lo que está ocurriendo en Apure o en las zonas de La Guajira es hacer. Hay mucha gente haciendo. Organizarte en las bases de tu sociedad para enfrentar el avance del Estado comunal es hacer; revertir las matrices que buscan desmoralizar y hacer que la sociedad se entregue es hacer; desnudar la corrupción del régimen y sus cómplices es hacer; buscar alinear a los aliados internacionales es hacer; crear instancias de desafíos y desobediencia es hacer. Ahora, así como digo lo anterior te advierto que entregarse y claudicar también es hacer, pero nosotros nunca estaremos dispuestos a eso.