La pandemia causará otra crisis económica que genere movimientos de migrantes al viejo continente desde países más pobres

Juan Afonso/@jcabnews

Países de la Unión Europea y Suiza siguen sin recuperarse de la crisis migratoria que experimentaron en 2015 producto de las guerras y crisis económicas que ocurrieron en naciones de África y Medio Oriente, y ahora podrían estar a las puertas de otra situación similar debido a la pandemia de COVID-19

Así lo asegura Eduard Gnesa, ex director de la Oficina Federal Suiza, quien pese a su retiro en 2017, continúa siendo un experto consultado sobre estos temas en la nación helvética.

Gnesa dijo que además de las guerras, hambre y sequías, las condiciones que la pandemia generó a nivel económico, motivarán a gente de países subdesarrollados a buscar mejores opciones en Europa.

Puso como ejemplo a Estados Unidos y México, que ya experimentan este tipo de movimientos, señalando que las autoridades estadounidenses evitaron que 100 mil inmigrantes ilegales pasaran a suelo norteamericano, y la nación Azteca tiene serios problemas en sus fronteras sureñas por el paso de viajeros que intentan ir al norte desde Centroamérica.

Pero el caso estadounidense podría ser más flexible dado que Joe Biden, actual mandatario norteamericano, es más abierto a las migraciones de lo que fue sido su predecesor republicano, Donald Trump.

Gnesa señaló que tan pronto se levanten las restricciones fronterizas que la pandemia dejó, los números en migración van a significativamente. Dijo que su país podría esperar, al menos, unas 15 mil solicitudes de asilo por año después del coronavirus.

Aunque las cifras que el experto dio son conservadoras, tomando en cuenta que antes de la aparición del virus, el país helvético recibía hasta 40 mil peticiones de asilo anualmente.

Además, el Banco Mundial examinó la repatriación de migrantes en Europa, lo cual es algo importante para considerar, porque según los análisis de ese ente, una parte importante del PIB de los países más pobres (cerca de10%), son remesas que se envían desde países desarrollados.

Pero si las naciones más desarrolladas entran en crisis, como ya ocurre por la pandemia, cualquier trabajador inmigrante en Europa no podría enviar suficiente dinero a su familia en su país de origen, y esto se verá reflejado en el PIB de dicha nación.

Y el Banco Mundial informó que el envío de remesas a países con economías bajas y medias cayeron cerca de 20% en 2020 a comparación con el año anterior; lo que da una baja de $554 mil millones a $445 mil millones.