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Los templos de los Santos de los Últimos Días en Latinoamérica

Especial

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuenta con 17 templos en toda Sudamérica como el propósito principal de permitir a sus miembros un mayor acercamiento al Señor, aprender más acerca de Su plan para nuestra felicidad, recibir las ordenanzas esenciales y efectuar servicio vicario a favor de los que han fallecido sin el Evangelio de Jesucristo.

En este enlace puede consultarse información adicional sobre los misioneros SUD.

Datos de interés

Los templos suelen compartir una serie de lugares y costumbres comunes que aparecen detalladas a continuación.

Escritorio de recomendaciones

Después de la dedicación, la entrada al templo se reserva a los miembros de la Iglesia que han adquirido los compromisos de vivir el Evangelio de Jesucristo y participar de ordenanzas sagradas de carácter adicional. Así pues, se recibe a los miembros en este escritorio, situado en la entrada del vestíbulo, donde presentan una pequeña tarjeta llamada recomendación, que ha sido expedida por el líder local de la Iglesia y que certifica que sus portadores están preparados para entrar.

Cambio de ropa

Los miembros de la Iglesia que entran en el templo, van a los vestuarios a quitarse su ropa diaria y ponerse ropa blanca, antes de participar en los servicios del templo. Ese cambio de ropa sirve de recordatorio: los participantes dejan provisionalmente el mundo atrás y entran en un lugar santo; asimismo, la ropa blanca simboliza pureza, mientras que el vestirse igual crea un sentido de igualdad.

Sala de investidura

Es una de las ceremonias sagradas que se efectúan en los templos, en la que se recuerda, a los participantes, que nuestra vida en la tierra es solo una parte de una jornada eterna, que empezó antes de nuestro propio nacimiento, cuando vivíamos con el Padre Celestial como Sus hijos procreados en espíritu; llegamos aquí para recibir un cuerpo, adquirir experiencia y aprender a seguir el plan de Dios para conseguir nuestra felicidad.

Los participantes también hacen promesas sagradas con el Señor, denominadas convenios, que incluyen la obediencia a Dios, seguir a Jesucristo, ser moralmente puros y dedicar su tiempo y talentos al servicio del Señor. Esos compromisos han de considerarse los principios que tienen que regir su vida diaria.

Sala celestial

Al terminar la ordenanza de la investidura, los participantes entran en el Salón celestial, en el que no se efectúan ceremonias, pues se trata de un lugar de paz, oración y reflexión, que simboliza el cielo, donde podremos vivir eternamente con nuestra familia, en presencia de Dios.

Cuarto o sala de sellamientos

La familia es fundamental en el plan de Dios para nuestra felicidad. En el templo, se puede unir a la familia para siempre como esposo y esposa, junto con sus hijos. Las Escrituras llaman a la autoridad a que unan a las familias, por la eternidad: sellar. 

Así pues, en esta sala, la novia y el novio se arrodillan juntos ante el altar para ser sellados por esta vida y por la eternidad; mientras que los hijos que nacen o son adoptados en esos matrimonios, también pueden ser sellados a sus familias para siempre.

Bautisterio

Cuando se bautizó, Jesucristo demostró Su compromiso a obedecer todos los mandamientos de Dios y enseñó que es un Sacramento necesario para entrar en el reino de Dios. Pero, ¿qué sucede con las personas que mueren sin haber sido bautizadas? Su principal esperanza está en el templo, pues las personas que están vivas efectúan los bautismos y otras ordenanzas esenciales por aquellos que han muerto sin hacerlo, extendiendo así la Gracia salvadora de Jesucristo a estas personas. Asimismo, los Santos de los Últimos Días buscan los nombres de sus antepasados y los llevan al templo para efectuar las ordenanzas por ellos; también se efectúan otras ordenanzas a favor de aquellos que han muerto, como recibir la investidura y ser sellados como familias.

Templos importantes

Algunos de los templos de Latinoamérica son el de Barranquilla en Colombia (dedicado el 9 de diciembre de 2018), el de Bogotá en Colombia (dedicado el 24 de abril de 1999), el de Caracas en Venezuela (dedicado el 20 de agosto de 2000), el de Cochabamba en Bolivia (dedicado el 30 de abril de 2000), el de Guayaquil en Ecuador (dedicado el 1 de agosto de 1999), el de Lima en Perú (dedicado el 10 de enero de 1986) y el de Trujillo en Perú (dedicado el 21 de junio de 2015).