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Informe de CASLA enciende las alarmas sobre la tortura en Venezuela

“Todos los detenidos en el Dgcim bajaron un promedio de entre 15 y 20 kilos de peso en promedio”

Redacción

El informe presentado por el Instituto CASLA encendió una vez más las alarmas sobre las torturas en Venezuela, y ya con la prueba que agentes cubanos participan activamente en estas prácticas inhumanas y humillantes.

La abogada y directora ejecutiva del Instituto Casla, Tamara Sujú, indicó este jueves que la sociedad civil está “aterrada” con las torturas que realizan cubanos en territorio venezolano bajo las órdenes del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.

“Todos los detenidos en el Dgcim bajaron un promedio de entre 15 y 20 kilos de peso en promedio. Militares de alto rango, generales, coroneles, son torturados por subtenientes mientras permanecen fuertemente esposados, los cachetean tratando de indignarlos e incluso se meten con mujeres e hijos. Les aplican métodos cuyas dolorosas secuelas permanecen en el tiempo. Además no le permiten asistencia médica y deben vivir con esas heridas que les dejan. Otras víctimas han perdido dientes, tienen marcas en la piel, quemaduras, pérdida de audición de oídos, enfermedades como cáncer de próstata, hipertensión. Desde que los cubanos están en esas torturas hay varias consecuencias nefastas contra los detenidos. Asfixias y ahogamientos se incrementaron un 54%”, reveló Sujú ante la Organización de Estados Americanos (OEA), donde presentó el informe anual titulado ‘Represión sistemática y torturas, la influencia cubana y los cambios sustanciales en los métodos de tortura en Venezuela’.

La jurista agregó que “desde la llegada de los cubanos a las torturas, han empeorado las descargas eléctricas con nuevas técnicas para generar más terror e incluso desfallecimientos durante esas torturas. Usan una grúa para golpearlos en algunas zonas o para que vean a su torturador. Los golpean en los genitales o les dan descargas en sus zonas íntimas. A la mayoría de los que acusan de conspiradores o traidores les aplican la violencia sexual. Muchos han dicho que han sido drogados, para obligarlos a decir cosas o firmar papeles que ni saben que dicen”.

“Han aplicado torceduras mientras le realizaban otro tipo de torturas. Han encerrad a personas en cuartos de congelación por horas o días, donde sufren congelamiento y son torturados cruelmente. Encierran a las víctimas sin luz ni ventilación por días y semanas, sin derecho al aseo personal ni al baño. Usan apartamentos incautados a narcotraficantes u otros delitos que están en manos del Estado”, acotó.

Finalmente, aseguró que los cubanos “están en varios de esos centros de tortura clandestinos, donde se les conoce como los isleños, e incluso son los propios ejecutores de las torturas para obtener confesión o acusación de otras personas. A nosotros no nos cabe duda que la injerencia de estas personas, de estos miembros de la milicia cubana como los llama, han significado un incremento del terror que la tortura produce no sólo en las víctimas y sus familiares, sino en la sociedad civil, que aterrada no quiere ser torturada”.