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Stalin González aseveró que el gobierno no se preocupa por si al barrio llega el agua

El diputado a la Asamblea Nacional indicó que el Estado debe garantizar para que cada habitante en su hogar tenga agua potable por las tuberías

Nota de Prensa

Fallas en la distribución del sistema de agua potable, falta de mantenimiento a las represas y embalses del país, apagones, falta de inversión en el mejoramiento y actualización de la maquinaria hidráulica y termoeléctrica, son algunas de los factores que influyen de manera deficiente en la prestación de servicios públicos a los venezolanos.

A propósito de conmemorarse, este jueves 22 de marzo, el Día Mundial del Agua, el diputado a la Asamblea Nacional Stalin González, rechazó la falta de políticas públicas de parte del Estado venezolano para brindar un mejor servicio a los ciudadanos. “El agua es un derecho fundamental, sin agua no podemos vivir. Debe ser un servicio que debe garantizarse las 24 horas del día, los 365 días del año. No puede haber un hogar al que no llegue el agua”.

González, quien en 2016 formó parte de la Comisión Permanente de Administración y Servicios del Parlamento, reiteró que desde dicha instancia se han hecho inspecciones a las distintas plantas; además de seguimiento a empresas del Estado, como Hidrocapital, y se ha constatado que el Gobierno no ha aportado soluciones al problema, que ha dejado sin agua potable a gran parte de la población en reiteradas oportunidades.

“El servicio de agua potable no es regalado ni es un favor que se pide. El Estado debe garantizar para que cada habitante en su hogar tenga agua potable por las tuberías. Por ejemplo, hoy habitantes de Catia, municipio Libertador, protestaron en los alrededores de la sede de Hidrocapital en reclamo por la falta del líquido vital. También, en El Junquito, una parroquia de la capital, hemos visto una situación similar, desde hace meses los vecinos no reciben agua por tuberías”, dijo el diputado.

Insistió en que las excusas del Gobierno sobre el problema, distan mucho de la realidad. “Aquí hay que repetir que la culpa no es del Niño que secó los embalses, ni es de la iguana que se comió los cables y se fue la luz. Aquí la culpa es del gobierno que no hace frente a la crisis. Un gobierno que se embolsilló el dinero que debía ser invertido en mantenimiento y actualización. Un gobierno que no se preocupa por si en el barrio llega o no el agua”.