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Economista asegura que venezolanos prefieren no ir a trabajar porque pierden dinero

El economista, Douglas Barrios indicó que con este escenario los votantes darían la espalda al Gobierno en las presidenciales

Con información de El Clarín

El economista venezolano, Douglas Barrios, aseguró que un trabajador tarda dos semanas para poder comprar in kilo de leche en polvo en Venezuela y que los venezolanos tienen más de un empleo para poder subsistir a la crisis que vive la nación petrolera.

El especialista dijo en una nota publicada por el diario Clarín, que normalmente en estas circunstancias los votantes darían la espalda al gobierno. Pero Maduro se asegura su respaldo haciendo que dependan de los alimentos subvencionados y anunciando subidas salariales ante enérgicas audiencias en discursos emitidos a toda la nación en vivo.

"Usted nos apoya y tiene acceso a la comida", dijo Barros explicando la que considera que es la estrategia del gobierno. "Si no nos apoya, piense en cómo llegar a fin de mes".

Ramón Medina no tiene otra opción que faltar al trabajo para llegar a fin de mes.

Como le ocurre a casi la mitad de los venezolanos, gana el sueldo mínimo (el equivalente a unos tres dólares mensuales) por lo que cada vez que en su celular suena un aviso, deja su puesto de trabajo en un hospital para poder llevar a casa una de las bolsas de comida que entrega el gobierno y de las que depende para alimentar a su familia.

Pero no es el único que pasa por problemas. En un día normal, estima que un tercio de sus compañeros del Hospital Vargas de Caracas, faltan a sus puestos para acudir a un segundo empleo más lucrativo o para pasar horas en filas para comprar harina y aceite a unos precios que es imposible dejar pasar. Esto supone que pocos se quedan en el hospital para cuidar a los pacientes, dijo Medina, de 55 años.

"Se hace lo que se puede", señaló Medina sobre su empleo. "La gente se disgusta".

Además de una inflación de cuatro dígitos, escasez generalizada y una recesión peor que la de la Gran Depresión estadounidense, la economía de Venezuela se está viendo afectada ahora por un nuevo problema: un ausentismo laboral significativo.

 En las últimas semanas, periódicos y redes sociales se han llenado de reportes de paros en el metro de Caracas o en la petrolera estatal por la falta de trabajadores que, dada la escasez de sus salarios, no se molestan en acudir a sus puestos. Las empresas privadas se quejan de no encontrar mano de obra suficiente para cubrir la jornada laboral, lo que agrava el estancamiento en las pocas líneas de ensamblaje que siguen funcionando.

La crisis se está descontrolando en un momento en que el presidente Nicolás Maduro busca la reelección para un segundo mandato en unos comicios anticipados que sus partidarios fijaron para el 22 de abril, provocando la condena de Estados Unidos y otros países que dicen que está socavando la tradición democrática de la nación latinoamericana. Sin embargo, Maduro ha aprovechado la crisis en su favor, según analistas.

El ejecutivo ha acusado a sus rivales de librar una "guerra económica" contra Maduro y señaló las recientes sanciones del gobierno de Donald Trump que prohíben los préstamos a su país como una prueba más de sabotaje. Lejos de arrojar la toalla, el presidente anunció la ampliación de programas sociales como los paquetes de alimentos para los pobres.

"La revolución garantiza protección del pueblo, protección de la familia", tuiteó Maduro esta semana.

Jenny Mejía, de 24 años, dijo que no se deja engañar. Hace poco dejó un empleo mal pagado en un sitio de comidas para vender botes de pegamento para zapatos en una transitada calle de Caracas. Tarda alrededor de una semana en ganar el equivalente al salario mínimo mensual.

"Con Maduro más hambre está asegurada", dijo Mejía, que recibe paquetes de comida del gobierno pero asegura que no respaldará su reelección.