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Ciudadanos de a pie aseguran que la actual situación no la aguanta nadie

El anzoatiguense común afirma que el país tiene que cambiar. “Aquí tiene que pasar algo porque ya no aguantamos el hambre y el alto precio de la comida, han hecho que la vida nos pese”

Niurka Franco

Mientras en distintas localidades del estado la población se movilizaba para participar en el plantón que tuvo lugar en Anzoátegui y en todo el territorio nacional como parte de las acciones que adelanta la oposición venezolana para exigir respeto a la Constitución y el restablecimiento del hilo constitucional, el anzoatiguense de a pie se pronuncia por el cambio, afirmando que “esto no lo aguanta nadie”.

La expresión usada hace muchos años por personajes cómicos en parodias televisivas, hoy cobra especial significación debido al drama que viven la mayoría de las familias venezolanas, cuyo ingreso apenas alcanza para mal comer.

Es el caso de Dalyarí Ortíz, una joven madre de un niño de ocho meses, quien de aventuró sin miedo a dar su testimonio mientras intentaba sin éxito comprar una bolsa de leche en polvo, pero no contaba con dinero suficiente (25 mil bolívares) un poco más de su quincena porque gana 40 mil 638 bolívares.

“Aquí nos están matando de hambre, nadie puede vivir con un salario mínimo que alcanza para comer dos días y si se tiene que comprar leche como es mi caso, ni siquiera un día”, comentó tras afirmar que desde hace dos semanas su bebé está tomando agua de arroz porque no tiene como comprar la leche.

Sobre este tema, Manuel Torres, quien trabaja como taxista, sostuvo que debe rodar más de 12 horas diarias para poder redondearse un ingreso que le permita mantener a su familia y el vehículo a la vez, “en un simple desayuno se van 15 mil bolívares como mínimo, por eso muchas veces saltamos esta comida y le damos a nuestros hijos solo almuerzo y una cena ligera”, aseveró subrayando que debe mantener un pote para el carro porque no se sabe cuándo va a pedir.

Durante la jornada de protesta que inició a partir de las nueve de la mañana en la zona norte de Anzoátegui, las calles y establecimientos comerciales lucieron desérticos pero contrario a otras ocasiones, los comercios contaban con mercancía, solo que sus precios no dejan de sorprender pues en marzo la canasta alimentaria se ubicó en 772 mil 614 bolívares.

"Aquí tiene que pasar algo porque ya no aguantamos el hambre y el alto precio de la comida, han hecho que la vida nos pese”, aseguró una mujer de unos 60 años quien justificó las protestas y subrayó que no deben parar hasta que en el país se produzca un cambio.