Aunque la situación fue controlada gracias a la acción rápida de personal médico, paramédico y demás trabajadores, el peligro sigue latente debido a las lluvias y a la falta de mantenimiento en el sistema de drenaje

Niurka Franco

En emergencia ha estado  el Hospital Dr. José Ramón Lugo de Clarines, Municipio Bruzual,  donde a causa de las lluvias caídas en la entidad durante el fin  de semana, se desbordaron los pozos sépticos provocando un verdadero caos en el área de hospitalización y obligando al personal médico y paramédico  a movilizar a los pacientes para evitar que se contaminaran.

Javier Pedrique, secretario de profesionales y técnicos  de Sunepsas, precisó que fue necesaria  la utilización de dos camiones Vactor para porder achicar los pozos rebasados por los aguaceros caídos en los últimos días.

Afirma que la situación pudo haberse evitado, si  hubiese  sido  tomado en cuenta el informe  presentado al presidente de Saludanz  por el director del hospital tipo I de Clarines,  Dr. José Cueche, en el cual alertaba sobre los riesgos a los que se exponía a la comunidad hospitalaria por la falta de mantenimiento al sistema de drenaje.

Toda clase de riesgos y la inseguridad campea

Janeth Cuibas, secretaria general del sindicato Sunepsas  considera insólito que en pleno siglo XXI  un hospital tenga que vivir una situación de emergencia por el colapso de pozos sépticos, más aun en un país que cuenta con las reservas de petróleo pesado más grandes del mundo.

“Eso es increíble y valdría la pena que quienes andan por el mundo vociferando que en Venezuela no hay crisis humanitaria y que todo es un  invento de los opositores, se dieran a la tarea al menos de preocuparse un poco más por la gente del pueblo que en definitiva es la que  sufre  por la situación de abandono a la que le somete este gobierno indolente al que solo le preocupa mantener el poder a costa de lo que sea”.

La dirigente sindical afirma que el Hospital de Clarines al igual que el resto de las instituciones hospitalarias del país se encuentra en terapia intensiva, no solo por la falta de insumos, medicinas y equipos sino además por la inseguridad que mantiene en vilo al personal que ahí labora. “Hay robos a plena luz del día y hasta los equipos de aire acondicionado han sido sustraídos, sin que hasta ahora ninguna autoridad del despacho de salud  se haya hecho algo al respecto.