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Tras caída del sector automotor, venezolanos viven 'para reparar'

Con un parque automotor nacional envejecido de autos, camiones y autobuses está dejando de funcionar

Con información de Bloomberg

Adolfo Bolívar ha vivido la mayor parte de su vida conduciendo, navegando por calles atestadas de tránsito de Caracas transportando autobuses llenos de pasajeros a través de la ciudad. Últimamente, sin embargo, este conductor de 60 años –como la mayoría de sus compañeros de trabajo- pasa sus días sin moverse de las afueras de la ciudad, agachado sobre un motor engrasado, tratando de volver a poner en circulación su minibús destartalado.

“Antes vivíamos para conducir, ahora vivimos para reparar”, dijo. Venezuela, un país con más petróleo que Arabia Saudita, se jacta de tener desde hace tiempo la gasolina más barata del mundo, en tanto llenar el tanque cuesta apenas unos centavos. Sin embargo, cada vez son menos los consumidores que pueden aprovechar esos precios dado que el parque automotor nacional envejecido de autos, camiones y autobuses está dejando de funcionar.

Las líneas de autobuses operan a la mitad de su capacidad y las familias están abandonando sus autos en la medida que hasta los depósitos de chatarra se quedan sin los repuestos necesarios para mantener los vehículos en la calle. Al mismo tiempo, la escasez de dólares llevó los precios de los autos nuevos por encima de los medios de todos los venezolanos salvo los más ricos.

No sólo son los autos. Años de mala gestión económica, sumados a una caída en el precio del petróleo –la única fuente significativa de ingreso de Venezuela- han generado una escasez de todo, desde pan hasta medicamentos. Son pocas las opciones para la gente.

“Es preferible sacrificar el auto antes que el estómago”, dijo Rafael Riera, contador de 64 años que vive en Guatire, una ciudad dormitorio en las afueras de Caracas. Desde abril, tiene su Chevrolet Aveo de 2008 parado, sin poder reemplazar el radiador y los neumáticos, ni hablar de comprar un auto nuevo.

Si bien la capacidad instalada estimada de la industria alcanza unos 250.000 autos al año, el mes pasado se produjeron en el país apenas 331, según la asociación automotriz venezolana, Cavenez. La cifra está muy lejos de 2007, en el apogeo del auge petrolero, cuando la producción alcanzaba más de 12.000 por mes. Como ocurre con las cerveceras, las fábricas de alimentos y otras industrias, la escasez de dólares es la causa de la producción del sector automotor en un mínimo récord.

“La industria siempre dependió de la importación”, dijo Héctor Lucena, profesor de relaciones del trabajo en la Universidad de Carabobo en Valencia, Venezuela, donde estudia desde hace tiempo el sector automotor. “Sin una moneda fuerte, no se puede hacer nada”.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha dicho en reiteradas oportunidades que no cuenta con los medios necesarios para responder a las necesidades cambiarias del sector. Necesitados de efectivo, los fabricantes de autosahora están obteniendo dólares por sus propios medios.

En lo que un ejecutivo de la empresa describió como un “plan de supervivencia”, FordMotor Co. firmó un acuerdo con Venezuela el año pasado que le permite vender algunos modelos en dólares. Conforme este acuerdo, los venezolanos pagan a los concesionarios Ford por adelantado en un plan de moneda doble: dólares por los materiales de producción, que son importados del exterior; bolívares para cubrir los costos de armar su vehículo localmente.

Fiat Chrysler Automobiles NV, General Motors Co. y ToyotaMotor Corp. están a punto de seguir el ejemplo después de que el gobierno les permitió vender vehículos en dólares.

 

Venezuelans 'Live to Repair' Following Collapse of Car Industry

--Con la colaboración de Randall Woods