Familiares de difuntos denuncian que el desvalijamiento de automotores es intenso a plena luz del día y se agudiza en la noche, añadiendo zozobra a su situación de duelo

Niurka Franco

Alejandro Díaz se disponía a abordar su vehículo para retornar a casa luego que en la funeraria le participaran que ningún familiar podía quedarse debido a la inseguridad, y no pudo ocultar su indignación al percatarse que el vehículo había sido violentado y hurtadas todas las cosas que estaban en su interior, incluido el caucho de repuesto.

“Esto es la gota que rebasa el vaso, cómo es posible que frente a una funeraria y en una zona de intenso tránsito, la delincuencia actúe con tanto desparpajo e impunidad, sin importar en lo absoluto, la situación por la cual estamos atravesando”, comenta, para añadir que si bien no esperan escrúpulos de parte de quienes cometen estos delitos, al menos deberían contar con proteccióny vigilancia policial, si no pública, entonces privada por parte de las agencias funerarias.

Lo vivido este miércoles en horas de la noche por un grupo familiar frente a la funeraria Vallés es el pan de cada día en las calles de Barcelona, donde la comunidad dice estar a la deriva a partir de las 6 de la tarde, cuando la delincuencia comienza a operar, decretando un tácito toque de queda.

Lilian Acevedo, habitante del municipio capital, también afectada por hurto, señala que ya prácticamente es imposible velar a un familiar en funerarias. “Recientemente una persona armada arremetió contra un grupo que se encontraba a las 6 de la tarde en una funeraria cuyo nombre me reservo, y a punta de pistola los despojó de celulares, dinero y otras pertenencias, para luego emprender la huida amedrentando a todos con el arma”.

Los afectados formularon un llamado al gobernador Nelson Moreno, al alcalde Guillermo Martínez y a las autoridades policiales para que tomen medidas que permitan a la ciudadanía al menos velar a sus familiares en tranquilidad.