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Venezuela demanda con urgencia la unificación cambiaria

Gilberto Román, economista y profesor universitario cree que más allá de un cambio de nombres en el tren ministerial es imperativo un viraje dela política

Niurka Franco

Sincerar el tema de la unificación cambiaria, ante el fracaso del control establecido, así como lo concerniente a la asignación de divisas, son dos de los aspectos en los cuales deberá debutar el nuevo ministro de economía, dada la grave situación que vive el país.

Así se desprende de lo dicho por el economista y profesor universitario, Gilberto Román, quien de plano manifestó que en ningún momento su planteamiento intenta juzgar o cuestionar la actuación del titular de economía, Luis Salas.

Afirma no obstante, que más allá de un cambio de nombre en el tren ministerial, se requiere un cambio de política, acotando que se requiere sincerar el precio de la moneda norteamericana, puesto que las cotizaciones de 6,30 y 12 bolívares no son reales.

“Está claro que eso implica tener que asumir un costo político, pero además permitiría enviar a la gente una señal de cambio y que se está en capacidad por parte del gobierno de dar un cambio de timón ante un escenario desfavorable”.

Además, acota que ello se convertiría en un acto de buena fe para promover la inversión y ser uno de los cimientos del aparato productivo, aunado a la seguridad jurídica.

El economista cree además necesario bajar el nivel de confrontación con el sector empresarial, de manera que sea visto como un aliado, al tiempo que recomienda al gobierno ofrecer los datos del BCV, necesarios para evitar la especulación, así como la desburocratización en la asignación de divisas, para facilitar el proceso de importación mientras se reactiva el aparato productivo nacional.

Observa que debido a la caída de los ingresos petroleros, este año habrá menos importaciones que en 2015, mientras los compromisos por honrar son mayores,  de ahí que desde la óptica del especialista y dadas las condiciones en las que se encuentra el país, se impone además de un cambio en la política, una actitud que apunte a mayor trabajo y menos confrontación.