La política económica en manos de cualquier persona...
El presidente Maduro ha confiado la conducción de la política económica en manos de personas sin conocimiento ni experiencia en macroeconomía y productividad
Redacción
En medio de la controversia iniciada en el país a raíz de las opiniones respecto del Decreto de emergencia económica del gabinete de Maduro, publicamos a continuación los argumentos de Carlos Raúl Hernández/@CarlosRaulHer:
Remachar el fracaso
A preguntas tan graves, que apuntan directamente a la supervivencia de Venezuela como país civilizado, y cuyas soluciones son de vida o muerte para pacientes de enfermedades graves que pierden la esperanza, suenan respuestas del más puro surrealismo político. De repente descubrimos que un país multimillonario en millardos, tendrá que comer de cultivos en los balcones y gallinas criadas en corrales que sustituirán jardines y patios. En materia de política económica, las medidas del nuevo gabinete parecen un ejercicio de estudiantes de bachillerato. Ratifican un esquema que tiene ciento cincuenta años fracasado desde la publicación del Manifiesto Comunista, que hizo naufragar, como el hundimiento del Titanic, el socialismo del siglo XX y que tenía bajo su bota casi la mitad de la Humanidad. También a Latinoamérica en los 80 y a los propios EEUU en la etapa de Carter.
Según el replanteamiento económico, son correctas las acciones que llevaron a Venezuela al Cuarto Mundo en la etapa de sus mayores ingresos, pero "hay que aplicarlas bien". No se interrogan sobre la naturaleza surrealista de por qué uno de los pocos países del Universo que tiene control de precios exhibe la mayor inflación mundial; y uno de los pocos con cambio controlado, las mayores devaluaciones y fuga de capitales en el mismo Universo conocido y por conocer. No hace falta tener a Einstein de Ministro de Economía para saber que quien viene a contramano no son los miles que transitan por la autopista, sino el que lo hace en sentido contrario. El panorama es sombrío porque aplicar bien la represión económica, perfeccionar los controles, consiste en asfixiar aún más a los productores e importadores. La política económica en manos de policías y fiscales y no de expertos en productividad.
La amenaza del caos
Se profundiza la perspectiva de la hambruna, la hiperinflación de X mil por ciento y el desempleo impredecible, con la quiebra inminente de las pocas unidades productivas que sobreviven. Problemas económicos elementales en el mundo civilizado, obsoletos en casi todos nuestros vecinos latinoamericanos, despedazan un país moderno. El equivalente social es la explosión de dolencias anacrónicas, dengue, chikungunya y Zika, porque no hay químicos en el país. El socialismo del siglo XXI sucumbe con igual dramatismo que el del siglo XX, porque al final, con retoques formales, es exactamente la misma demencia totalitaria. Pero la segunda pregunta es por qué en China un comunista histórico, Den Xiaoping, entendió que debía rectificar y condujo el cambio en el Comité Central del Partido Comunista Chino.
Cantar de ciegos
Exhibió allí documentos fílmicos de las hambrunas, que hicieron llorar y rectificar a sus camaradas, y en la URSS aparece Gorbachov con el mismo planteamiento, pero en este cantar de ciegos no ocurre algo parecido. Sigue la barcarola en su navegar resuelto por los meandros del Estado fallido. Con mayor dramatismo emerge la exigencia de un diálogo entre el Poder Ejecutivo y la Asamblea Nacional, que ha sido la bandera triunfadora de la oposición. Los que se nieguen lo hacen en presencia del país expectante, que refrescará nuevamente quién es quién.
El que niegue la necesidad del entendimiento, del acuerdo entre todos, será el responsable de lo que ocurrirá en el futuro inmediato y cargará con sus culpas. La bandera del cambio es esa y recibió un amplio apoyo. Hay que insistir.
Vía El Universal