Ernesto Samper, en el ojo del huracán en medio de crisis fronteriza
La crisis generada por el cierre de la frontera no solo ha puesto en tela de juicio el papel del expresidente Samper en Unasur, sino que también abrió el debate sobre cuál debe ser el futuro de Colombia en el mismo
Con información de El Tiempo-Colombia
Las más fuertes críticas que ha recibido el expresidente Ernesto Samper por su gestión como secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), cargo que asumió hace un año, se han producido en las últimas horas por cuenta de sus declaraciones sobre el cierre de la frontera de Venezuela, que ha derivado en el maltrato a cientos colombianos deportados.
La semana pasada, en una de sus primeras manifestaciones, Samper dijo: “Hace un año denunciamos el peligro de la intromisión de paramilitares colombianos en Venezuela. Hoy se confirma que es una realidad”.
Luego, el lunes, dijo que “las deportaciones de colombianos desde Venezuela enrarecen el clima de opinión necesario para perseguir a los paramilitares colombianos que sí están traspasando las fronteras”.
Su argumento sobre el paramilitarismo coincide con el que esgrime el presidente venezolano, Nicolás Maduro, para expulsar masivamente a los colombianos y demoler sus casas.
Una de las más duras críticas contra Samper vino de su mismo partido. “Estuve en la Comisión Asesora indignado porque el señor secretario de Unasur haya corrido a darle la razón al presidente Maduro sin consultar a ningún gobierno ni a nadie”, dijo el expresidente César Gaviria.
Añadió que los presidentes de Brasil, o de Chile, o de Perú “no pueden estar de acuerdo con que Unasur se haya puesto inmediatamente del lado de Venezuela” y con que haya justificado la tesis del paramilitarismo como causa principal de la crisis.
“Si el secretario de Unasur se toma la libertad, sin consultar a ningún presidente ni a ningún canciller de América, y corre y recibe instrucciones del presidente Maduro y sale sin venir a Colombia ni ir a la frontera a tomar esa posición, entonces, ¿qué hacemos nosotros en Unasur?”, se preguntó Gaviria.
El senador Mauricio Lizcano, de ‘la U’, calificó de “triste, lacónica y anticolombiana” la posición asumida por Unasur frente a “las deportaciones inhumanas” de colombianos.
Marta Lucía Ramírez, excandidata presidencial del Partido Conservador, dijo que Unasur “no es garantía de defensa democrática porque hace parte del populismo del siglo XXI, que es autoritarismo”.
El analista Pedro Medellín consideró que el problema con Samper es que “le dio demasiado juego” a Maduro y “logró bajarle el perfil a Unasur hasta convertirla en una instancia venezolanizada”.
Y el Partido Liberal leyó en la plenaria de la Cámara este mensaje: “No se justifica de ninguna manera la actitud pasiva del expresidente Samper y no se entiende por qué considera como válidas las justificaciones de Maduro para cometer semejante atropello contra los colombianos”.
El procurador Alejandro Ordóñez también se sumó a las críticas. “Unasur trata de legitimar la política del Estado venezolano contra los colombianos y eso deslegitima a Unasur”.
Lo claro es que la crisis no solo ha puesto en tela de juicio el papel del expresidente Samper en ese organismo, sino que también abrió el debate sobre cuál debe ser el futuro de Colombia en Unasur.