El desabastecimiento de electrodomésticos y repuestos alcanza niveles críticos. Surge un mercado negro que se alimenta de la extracción de piezas

Redacción.

Los comerciantes recuerdan vívidamente la orden que representó un zarpazo para el negocio. "Que no quede nada en los anaqueles", pidió Nicolás Maduro a finales de 2013, en periodo electoral, y multitudes en todo el país le cumplieron. Pocos han podido recuperarse del Dakazo.

La crisis de divisas también acorrala el sector. En un ambiente de populismo y controles, la Asociación Nacional de Fabricantes y Distribuidores de Electrodomésticos (Anafade) reporta desde inicios de mes un 90% de desabastecimiento de productos a nivel de distribuidores y de 85% en tiendas.

El presidente de la asociación, Edgar Berríos, ratificó en una entrevista televisiva que los electrodomésticos cuentan como productos esenciales y "el Gobierno lo sabe". "Ellos han creado programas sociales para quedarse con el 20% del mercado", recordó, en alusión a Mi Casa Bien Equipada.

Berríos declara incapacidad para cubrir las necesidades nacionales. En promedio, este año se conformarán 120.000 nuevas familias que precisan 500.000 productos.

Pero tampoco es una opción reparar los artefactos viejos. La caída en la importación de repuestos ha provocado que las casas autorizadas para las reparaciones queden vacías. Así es como ha surgido un mercado negro que se alimenta de la extracción de piezas de electrodomésticos llevados a casas no autorizadas.

El sector confiaba en que el Sistema Marginal de Divisas (Simadi) podía aliviar la situación. Berríos lo descarta ahora porque haría falta más fluidez y abundancia de dólares. La última vez que obtuvieron divisas fue en octubre de 2014. Les liquidaron 33 millones de dólares.