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Las mafias que operan detrás de las colas

No es fortuito que ante la presunción de que algún establecimiento venderá algún producto, la fila de gente para comprar sea descomunal. ¿Por qué?, porque se trata de un negocio

Redacción

Desde hace más de un año, comprar alimentos, productos de higiene personal, de limpieza y hasta electrodomésticos en Venezuela, se ha convertido en una pesadilla. El simple rumor de que algún establecimiento venderá algún producto de los que escasea, ya es motivo para observar delante de él una gigantesca cola.

Pero detrás de estas interminables filas en las que confluyen personas de diversos estratos sociales, nivel cultural y credo, se esconde cualquier cantidad de “negocios”. Éstos van, desde la venta de agua, jugos, cepillados y sombrillas con sobreprecio para enfrentar el sol y la deshidratación, hasta la venta del lugar que se ocupa en la cola, cuyo precio varía de acuerdo al producto que se expenda. Hacemos la salvedad de que cuando se trata de electrodomésticos el costo puede ser de hasta 20 mil bolívares.

Tipos de negocios

Dice el refranero que “las oportunidades las pintan calvas”, así que el desabastecimiento está siendo aprovechado por muchos. Mientras miles padecen la triste experiencia de las agotadoras filas, cientos se benefician de ellas vendiendo el cupo, cuidando las bolsas, alquilando baños o revendiendo el producto hasta por tres veces su valor.

Vendedores itinerantes

Para evitar que les sea decomisada la mercancía, algunos se han vuelto vendedores itinerantes, los cuales vemos a pie o en moto, ofreciendo los productos a mayor costo. Por lo general estos revendedores merodean después que los establecimientos agotan la mercancía. Entonces abordan a quienes quedan rezagados.

Contrata temporal de bachaqueras

Algo que se hace sin ningún reparo en el casco central de Puerto La Cruz, a escasos metros de la Carpa de la GNB son los pregoneros solicitando “bachaqueras”, pareciera broma, pero el aviso solo indica el lugar donde se expenderán los productos. Se presume que una vez en el sitio, contactan a las personas.

También es sabido mediante run runes en colas que existen “negociadores” quienes pagan a determinado número de personas 1000 ó 2000 bolívares por ejemplo,  por equis cantidad de productos regulados. Estos productos son cancelados  en 2000 y 4000 bolívares, quedando a discreción del vendedor el precio de venta.

¿Premio a la labor?

Funcionarios vestidos de verde oliva y otros con uniformes de la Policía Nacional, han sido  vistos alegremente cargando bultos de productos, sean alimentos, de higiene personal o de limpieza, delante de quienes están en cola o son devueltos de las filas al grito de “se acabó lo que se daba”.

 A través de las redes sociales, circulan videos de efectivos militares descargando papel higiénico en cantidades que podrían servir para dotar a familias enteras durante meses, lo cual luce como una bofetada por parte de quienes están llamados a velar por el orden y la soberanía nacional.

Nadie niega que se les garantice el acceso a los productos, como es deber del Estado garantizarlo al resto de la población, y en las cantidades que permita la situación del país, en el entendido de que debe prevalecer la equidad, máxime en un sistema socialista.

El propio presidente denunció recientemente que detrás las colas a las afueras de los establecimientos para la venta de alimentos y otros productos, operan mafias de profesionales que manejan mucho dinero.

¿Entonces, quien se encarga de ponerle el cascabel al gato?.