Anzoatiguenses pernoctan en negocios para adquirir productos
Usuarios deben lidiar con la inseguridad que se vive en las adyacencias de los establecimientos. Cleanz estudia su prohibición en toda la región
Irina Figuera
@IrinaFiguera
Perder horas de trabajo y de sueño es lo que los venezolanos deben pasar para comprar productos de la cesta básica. Un ejemplo de ello es el Gran Abasto Bicentenario ubicado en Barcelona, donde los usuarios llevan almohadas y abrigos para pasar la noche y ser los primeros en comprar al día siguiente.
Manifiestan tener conocimiento de qué mercancía será vendida, porque corren la voz o sencillamente notan una fila y se detiene a hacerla.
Para Nairobi Díaz, el esfuerzo que debe realizar una vez por semana no es suficiente, ya que el trasnocho en la mayoría de los casos no se ve reflejado en los pocos artículos que adquiere. Cuenta que hace cuatro días permaneció en vela desde la 1:00 de la madrugada y solo pudo comprar 2 aceites y 4 harinas.
“Yo duermo una vez por semana debo hacer el esfuerzo soy madre soltera, lo que molesta es que nos trasnochamos para adquirir pocas cosas, simplemente porque ellos no surten, y uno compra lo que hay en el momento”
Carmen Rivero, ama de casa, cuenta que entre un grupo de vecinas se organizan para pasar la noche en las colas, de lo contrario se le haría difícil comprar los artículos. Considera que para hacer este sacrificio es necesario estar acompañados, por temor a ser víctimas del hampa.
Al preguntarles, sobre si están de acuerdo con la medida implementada por el gobierno, señalaron que la única solución a esta problemática es colocar los productos en los anaqueles y permitir la libre entrada de personas.
En la red de supermercados Unicasa, la realidad es similar desde la medianoche las largas filas toman los espacios del centro comercial Plaza Mayor, en donde aproximadamente las 9:00 am del día siguiente inicia la venta regular.
Otro caso particular es en las afueras de un Mercal situado en Oropeza Castillo, un hombre apodado "El pelón", dice garantizar un puesto en la fila a cambio de lo que “le quieran dar", una tarifa desdibujada para él, pues dice en el peor de los casos lo hace merecedor de unos 300 bolívares y su respectivo desayuno por garantizar el puesto nocturno.
Los más osados recurren a los teléfonos fijos, que funcionan como radio retransmisores para difundir a otras personas la información acerca de los productos que están vendiendo.
Medidas
El presidente del Consejo Legislativo del estado Anzoátegui, Nelson Moreno, mediante una nota de prensa informó que es necesario investigar el origen de las largas filas, indicando que deben ser sancionadas aquellas personas que guarden o vendan puestos en la cola, así como los revendedores de mercancía.
Hizo un llamado a los trabajadores de los comercios a que no informen sobre qué productos comercializarán en el día o que camión llegará al establecimiento.
Entablarán una mesa técnica con los gerentes de las tiendas y supermercados para evitar esta situación, al igual que estudian la posibilidad de prohibición de pernoctas en los principales comercios de la entidad.