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Macri avanza a paso frenético en materia económica

El primer mandatario de Argentina dijo que iba a eliminar los controles de divisas esta semana, poniendo fin a una política de cuatro años que ha ahogado el crecimiento económico

Con información del The Wall Street Journal 

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, declaró el martes una emergencia energética, consiguió una inversión de US$500 millones para explotar gas de esquisto y desató críticas al pasar por alto el Senado y designar temporalmente, por decreto, a dos jueces de la Corte Suprema.

Las actividades del día son un reflejo del vertiginoso ritmo que ha adoptado desde que asumió el mando el jueves pasado para impulsar una economía enferma y revertir una década marcada por las políticas económicas controladas por el Estado del gobierno de su predecesora.

En tan sólo cinco días, Macri puso en marcha la reforma de la desacreditada agencia de estadísticas de Argentina, eliminó los impuestos a las exportaciones agrícolas, redujo impuestos sobre la renta personal, sustituyó al presidente del Banco Central y nombró a dos jueces de la Corte Suprema.

“Lamentablemente, estamos después de una década en que hemos perdido competitividad. Eso nos deja en una situación de extrema vulnerabilidad”, dijo Macri el lunes en un discurso ante representantes del sector industrial. “Estamos contrarreloj. Ya no tenemos más tiempo que perder”.

Durante el fin de semana se reunió con 23 gobernadores de Argentina y el jefe de gobierno (alcalde) de la ciudad de Buenos Aires para hablar sobre la reactivación de la economía. La reunión fue una sorpresa para los políticos argentinos que no estaban acostumbrados al diálogo durante los últimos 12 años del gobierno altamente centralizado de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su difunto esposo, Néstor.

“Llevo ocho años de gobernador y nunca había participado en una reunión así. Jamás”, dijo el gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey, un miembro clave del opositor partido peronista.

Algunos gobernadores han dicho durante mucho tiempo que Fernández de Kirchner los convocaba para compartir con ellos sus propias ideas, pero no para escuchar las de sus invitados.

El gobierno de Macri también ha estado negociando con bancos extranjeros para obtener miles de millones de dólares de financiamiento fresco, un cambio radical respecto del gobierno kirchnerista, que se jactaba de que había dejado de pedir dinero prestado en el extranjero.

El gobierno también anunció que recortará los subsidios que hacen que las facturas de servicios públicos de Argentina sean de las más baratas del mundo.

Axel Kicillof, el ¡ministro de Economía durante el gobierno de Kirchner, advirtió el lunes que un aumento de las tarifas de servicios públicos podría perjudicar a los pobres.

El enfoque diferente de Macri ha impresionado a muchos argentinos. “Cristina nos agobió con las cadenas nacionales”, dice Leandro Rotberg, un especialista en tecnología de la información de 35 años. “Macri habla poco, pero lo necesario. Hay que darle tiempo para que arregle los problemas que le dejaron”.

Esos problemas incluyen una inflación de 25% anual, el mayor déficit fiscal en tres décadas, una escasez de dólares necesarios para pagar las importaciones, y una pobreza que se acerca a 29% de la población. Los exportadores argentinos también sufren por una moneda sobrevaluada que hace que los bienes nacionales no sean competitivos en el extranjero.

Macri, quien venció el mes pasado al candidato propuesto por Kirchner en una reñida segunda vuelta electoral, tuvo poco más de dos semanas para nombrar un gabinete y establecer su gobierno antes de asumir el cargo.

Desde su toma de posesión, ha nombrado a casi 20 ministros del gabinete y viajado a Brasil y Chile para reunirse con las presidentas Dilma Rousseff y Michelle Bachelet para conversar sobre el comercio.

Macri ya ha mantenido reuniones de gabinete, una costumbre dejada de lado por Kirchner durante su gobierno.

El nuevo mandatario dijo que iba a eliminar los controles de divisas esta semana, poniendo fin a una política de cuatro años que ha ahogado el crecimiento económico.

Aunque los economistas dan la bienvenida a esta medida, se espera que implique una devaluación de la moneda que podría llevar la tasa de cambio del 9,8 pesos por dólar actual a alrededor de 15 pesos. Esto podría alimentar la inflación, que aumentó más rápido en la primera semana de diciembre que lo registrado desde principios de 2014.

“Actuar con rapidez y decisión es muy positivo para el presidente Macri, y francamente muy positivo para el país”, dice Susan Segal, quien encabeza el Council of the Americas, con sede en Nueva York. “Cuanto más rápido se implementen algunas de estas medidas, más rápido vamos a ver algunos de los beneficios”.

Pero no todo el mundo está feliz.

“Macri está tomando medidas demasiado apuradas”, dice Carlos Ponti, un contador de 44 años. “Redujo las retenciones cuando el país tiene un déficit fiscal. Primero tiene que equilibrar las cuentas y recién después pude bajar impuestos”.

Alfonso Prat-Gay, el ministro de Hacienda y Finanzas, ha restado importancia a los riesgos de inflación, diciendo que los minoristas ya han ajustado los precios. Sin embargo, otros funcionarios y economistas dicen que hay riesgos.

Dejar que la moneda se deprecie demasiado rápido podría desestabilizar la economía en el corto plazo, dice Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs.Sin embargo, las reformas dilatorias podrían tener una oposición en el Congreso, lo que haría más difícil para Macri continuar con sus medidas para el resto del año, señala.

“Uno quiere ser cuidadoso, pero no quiere vacilar demasiado con esa estrategia, porque de lo contrario la gente empieza a cuestionar si el ajuste era realmente necesario”, dice Ramos.

El martes, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, dijo que el sector de servicios públicos estaba al borde del colapso, instando al gobierno que declare una estado de emergencia energética hasta 2017 que permita al gobierno implementar medidas de conservación para evitar los apagones que desde hace años han plagado Buenos Aires y la zona metropolitana.

La decisión de Macri el martes de eludir al Senado, que se halla actualmente en receso, y designar temporalmente por decreto a dos jueces de la Corte Suprema provocó un amplio rechazo, pero la controversia pareció calmarse un poco después de que el presidente del máximo tribunal dijo que les daba la bienvenida.

“Primer y grave traspié del presidente Macri”, dijo la congresista Margarita Stolbizer en Twitter. “Nombrar por decreto jueces en comisión a la Corte es un terrible retroceso institucional”.

Mientras tanto, Macri ha dicho que su objetivo principal es la economía.

Más temprano el martes, después de reunirse con los máximos ejecutivos de la petrolera estatal, YPF, y la filial local de Dow Chemical Co., dijo que las empresas invertirán US$500 millones en 2016 para explotar de gas de esquisto.

Fue el primero de lo que dijo que espera sean muchos anuncios del sector privado para impulsar la inversión en Argentina.

Hay oportunidades que “hacen que tengamos que ser optimistas en términos de futuro por más que tenemos un presente complicado desde el punto de vista de las restricciones energéticas”, dijo.