Venezuela es el tercer país Latinoamericano con el mayor índice de obesos
El alto costo de los productos de la dieta básica aunado a las dificultades para conseguirlos y los malos hábitos alimenticios, han llevado al venezolano a estar entre los más obsesos del mundo
Niurka Franco
El venezolano tiene hoy un verdadero desorden en lo que respecta a su dieta diaria, la cual está basada en harinas refinadas (carbohidratos simples), grasas y azúcares sin un debido control, mientras la educación e información sobre el tema es prácticamente nula.
De acuerdo con indicadores de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial para la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), nuestro país está en la lista de los tres primeros países con la mayor tasa de obesos en Latinoamérica y entre los 10 de todo el mundo, según el último informe de la organización Intermón Oxfam sobre la situación alimentaria del planeta.
Venezuela está detrás de México y a la cabeza se encuentran Arabia Saudí, Kuwait y Estados Unidos. El índice Good enough to eat (lo que en español significa "suficientemente bueno para comer") evaluó la situación de la alimentación en 125 países, de acuerdo con una publicación de la agencia Efe.
La crisis dificulta una alimentación balanceada
Aunque los malos hábitos alimenticios no son algo que podamos atribuir a la situación que hoy vive el país, es obvio que ésta ha contribuido a empeorar el problema, porque la gente está consumiendo lo que consigue y no lo que debe comer.
“Estoy clara que la pasta, el arroz y las harinas no son precisamente lo más sano para alimentar a nuestros hijos, pero es lo que podemos preparar cuandose consigue en el mercado y así nos hemos acostumbrado, lamentablemente, preparamoscarne o pollo y lo acompañamos con eso”, comenta Andreína Gómez, quien afirma que le encantaría aprender a combinar mejor los alimentos para no tener que abusar de las harinas y grasas.
El doctor Antonio Carrasquel, quien además de Pediatra es obesólogo, afirma que hay muchos aspectos que conspiran contra una buena alimentación, entre ellos los malos hábitos nutricionales, así como un inadecuado estilo de vida, en el cual predomina el sedentarismo y la ausencia de un régimen de ejercicios.
Estima que frente a ello, se impone una campaña informativa y educativa que debe partir del Estado y ser reforzada en el seno familiar, de manera que el niño que está creciendo, nunca tenganecesidad de acudir a un obsesólogo y al afirmarlo evidenció un total desinterés, dada su especialidad.
Cree necesario que desde el hogar se rompan algunos hábitos y costumbres que no son del todo sanos, como la ingesta de harinas refinadas (carbohidratos simples) en lugar de consumir carbohidratos complejos como verduras, acompañados por una multiplicidad de vegetales ricios en vitaminas.
Desde la perspectiva del especialista, el problema de la obesidad puede ser enfrentado con una buena dosis de información, educación y mucha voluntad para hacerlo.