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Una venezolana cuenta la odisea vivida para comprar una batería

A diario se observan largas colas para comprar acumuladores Foto: Cortesía 

“Anita” relató a El Mercurio Web  su tránsito por la zona industrial Los Montones para adquirir un acumulador de energía para su carro, allí constató  que la escasa oferta es lo que acarrea no solo las colas, sino también “el bachaqueo”  y la corrupción

Niurka Franco

Desde hace poco más de un año, comprar una batería para cualquier tipo de carro, se ha convertido en un terrible dolor de cabeza para cualquier venezolano, independientemente del lugar donde resida, el problematiene carácter nacional, porque hay escasez del producto.

“Anita” es una asidua lectora del El MercurioWeb y quiso compartir en nuestro portal su experiencia, nada grata por cierto, de adquirir una batería de 850 amperes para su carro, en la zona industrial Los Montones de Barcelona.

La  hazaña según comenta,  le tomó dos días y aconseja  entre otras cosas, hacer la cola para evitar caer en manos de los bachaqueros o cuidadores de puesto,  quienes cobran entre ocho y 10 mil bolívares, aprovechando que la empresa Duncan, solo entrega 100 números diarios.

Sugiere además teneren regla toda la documentación  del vehículo y llevar agua para hidratarse, así como protector solar, una silla y un familiar o amigo para que le de apoyo.

Confiesa que llegó al lugar a las 5:00 am y como si vivieran  en la edad de piedra, los conductores tenían que  empujar a pulmón sus  vehículos  en cola,  ante el anormal mecanismo  de ventaque se viene aplicando y que obliga a llevar el carro para adquirir la batería, consecuencia según advierte,  de las distorsiones  de una economíade guerra, donde la oferta es limitada.

“Tal vezsi hubiese un mayor volumen de productos  para satisfacer la demanda otra sería  la historia, pero  mientras se otorgan 100 números para optar a la compra, quienes quedan rezagados ,  100 vehículos o más,  deben permanecer en cola para esperar otra jornada de venta, teniendo que pernoctar en el lugar donde no hay un mínimo de condiciones para permanecer ni siquiera de día”.

Relata que en la  zona industrial, convive una viciada cadena de comercialización. “Será que la Superintendencia Nacional de Precio Justo, Sundde podrá hacer algo y compadecerse de estos consumidores? “, se pregunta Anita, tras fustigar el mecanismo que se adoptó para la venta de estos productos indispensables parael funcionamiento de cualquier  automotor, además de proponer que se cambie la metodología, si es que puede llamarse así el arcaico método de venta al público.

Observa que fueron necesarios dos días para poder concretar la compra del acumulador, tiempo que aprovechó para percatarse de que no bastan las medidas coercitivaso acción policial  para limitar la incursión  de los denominados bachaquerosy menos aún para evitar la especulación con las “anheladas baterías”, porque el problema lo generala escasa oferta para una altísima demanda. “El producto más caro es el que no se consigue”.

Asegura que a las 7:30 de su  segundo día  en la zona industrial de Barcelona, finalmente obtuvo el número 24 para comprar  el acumulador, cuyo precio justo incluyendo el IVA, fue de 8 mil bolívares, la misma que hace un año costaba Bs. 2 mil 500 y que  en la calle algunos “negociantes” ofrecen en Bs. 40 mil.

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