Equipo de redacción

Vender y comprar carne se ha convertido en un lujo para los consumidores, porque su alto precio impide que este alimento sea adquirido con facilidad como en el pasado.

Ni compradores, ni expendedores del producto dicen sentirse satisfechos por el costo que se ha elevado fruto del vaivén económico nacional. Una consulta realizada por Elmercurioweb.com en el mercado municipal de Puerto La Cruz, permitió conocer en parte esta realidad.

Luis Gonzales, carnicero del establecimiento, señaló que ha bajado la venta y por ende su capacidad comercial.  “Antes Un sábado de quincena, fácil vendía 15 reses. ¿Sabes cuánto vendí este sábado de quincena? Tres reses. Un día normal no logro vender dos reses, siempre se me queda parte de una res”, afirmó.

Carniceros del mercado porteña coinciden en que hasta principios del año, compraban semanal entre 20 y 18 reses, ahora sólo pueden adquirir de cinco a tres reses por vendedor. Es una estrategia para no perder mercancía. Algunos sostienen que pierden más de 50 por ciento en ganancias.

La realidad es que el kilo de carne de primera, que incluye Solomo de cuerito, Pulpa Negra, Punta Trasera, Muchacho, etc, se consigue en los establecimientos del mercado entre Bs 260 y 280 bolívares, un precio alto manifestaron varios compradores.

“En mayo yo compraba un kilo de Punta Trasera en 150 bolívares, cómo es posible que ahora tenga que pagar 280 y hasta más por un kilo de esa misma carne”, dijo el ama de casa Luisa Carrizales.  La carnicera Osmeida Meneses, expresó que la escasez y la situación económica del país han influido en el aumento del rubro.

“Nosotros desde el mes de mayo estamos teniendo una pérdida del 60% en las ventas. ¿Qué pasa? Que los proveedores nos traen las reses más caras. Yo llegué a pagar 20 mil bolívares por una res, ahora pago 30 mil bolívares, no puedo seguir con el mismo precio”, explica Meneses.

Hay personas que afirman haber dejado de comer carne por el precio. Es el caso del señor Carlos Vallejo: “Te puedo decir que por lo menos ahora se consigue, pero muy cara. Y así no vale la pena, comer carne en este país es un lujo”.