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Todos somos iguales ante la “ley de las colas”

Foto: EM

En las filas por pañales y suavizante de ropa coinciden los acomodados y depauperados. Los días más desabastecidos toca esperar sin la seguridad de regresar a casa con los productos

Salvador Passalacqua

@spassalacqua

Después de dos horas, Carina Maigua solo se queja de una mancha que le ha dejado el sol. “Me voy a poner negra”, lamenta. La señora de atrás intenta traerla a la realidad: “Mija, todos los venezolanos nos estamos poniendo negros”. Antes de llegar al Limpiatodo de la avenida Principal de Lechería, hizo otra cola en un Farmatodo para comprar dos paquetes de pañales. Pero necesita algunos más porque tiene dos bebés.

Los que olvidaron su cédula laminada van desertando. Los demás esperan obtener un número para adquirir pañales y suavizante de ropa. A las 9:45 de la mañana, no se sabe si los productos alcanzarán para todos. “Yo estoy aquí desde tempranito y escuché, cuando llegó el camión, que llegaron pocos pañales”, advierte el ama de casa Mercedes Astudillo.

Un funcionario de la Policía de Urbaneja (Poliurbaneja) deberá pasar la mañana entera supervisando la entrada y salida de consumidores insolados. “Tienen que esperar que se haga el conteo de los productos para ver cuántos números se van a repartir. Hagan la cola sin compromiso”, anuncia a gritos. “¿Ella no puede pasar primero?”, pregunta el marido joven de una adolescente cargando un niño.  La respuesta trata de ser lo menos emocional posible: “Artículo 21 de la Constitución: Todos somos iguales ante la ley”.

No es una cola para los débiles. Arminda Romero, de 54 años, prefiere regresar a su casa a reposar, como le dijo el doctor, por una lesión en el menisco. Y mientras abandona a paso lento y con una ceñida rodillera, van llegando mujeres en mototaxis, otras con uniformes ejecutivos, las hay con lentes de marca y familias enteras con sombrillas, sillas de playa y cajas de cartón que servirán para improvisar un techo.

El rumor es que venderán dos suavizantes y dos paquetes de pañales por persona, pero se dice también que tienen cloro y detergente en polvo. Nada es cierto hasta que se entra.