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Brasil vota en ajustada segunda ronda presidencial

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Por Paulo Prada

RIO DE JANEIRO (Reuters) - Los brasileños comenzaron a votar el domingo en un reñido balotaje que enfrenta a la presidenta izquierdista, que tiene un fuerte apoyo entre los pobres, contra un senador de centro que promete reavivar una economía estancada a través de políticas amistosas con el sector privado.

Las encuestas le dan una leve ventaja a la incumbente Dilma Rousseff, de 66 años, que busca un segundo mandato de cuatro años. Su Partido de los Trabajadores (PT) ha estado en el poder por 12 años, durante los cuales ha aprovechado un auge económico para expandir los programas sociales y sacar a más de 40 millones de brasileños de la pobreza.

Pero muchos votantes creen que Aécio Neves, un ex gobernador de 54 años con un fuerte apoyo entre la clase media alta y entre los brasileños de más recursos, ofrece un cambio para la mayor economía de Latinoamérica. Una década de crecimiento llegó a su punto máximo del 7,5 por ciento en el 2010 y se ha desacelerado desde que Rousseff asumió el cargo.

A pesar de las denuncias cruzadas de corrupción que han caracterizado la campaña desde la primera ronda del 5 de octubre, es probable que los votantes estén divididos entre los que se sienten económicamente mejor de lo que estaban antes de que asumiera el PT y los que creen que su reinado, sin importar que tan exitoso, ya no produce resultados.

"Olvídate del ruido de ambos lados", dijo Alexandre Barros, un consultor político en Brasilia, la capital. "Esto se trata de una elección individual para cada votante, '¿qué hay para mí?'".

Rousseff ha prometido profundizar sus programas sociales y retomar el crecimiento con un nuevo equipo económico.

Neves también promete mantener los beneficios sociales y adoptar más medidas fiscales amistosas con los mercados para controlar el gasto público, tomar una actitud más firme contra la inflación y darle al banco central más autonomía para establecer la política monetaria.

Las dos opciones llevan a Brasil de nuevo a un choque de clases en un país aún azotado por la desigualdad. Y vuelve a la larga rivalidad entre el Partido de los Trabajadores, con raíces en el movimiento laboral brasileño, y el Partido de la Social Democracia Brasileña, que tuvo el poder por dos términos antes de que Luiz Inácio Lula da Silva, el mentor de Rousseff y su predecesor, fuera electo en el 2002.