Aguas residuales ahogan a más de 600 familias en el sector La Encantada de Nueva Barcelona
Las lluvias asomaron sus primeras gotas durante el pasado fin de semana en la zona norte de Anzoátegui y para quienes habitan entre las calles 7, 8, 9 y 34 de la comunidad, son el reflejo de que sus problemas empeorarán
José Alberto Camacho / @josecamacho13
Barcelona.- Para los vecinos que habitan en los conjuntos residenciales Yaguarey, Las Trinitarias, Bahía Mar, Pichiguey, Samuel Robinson y Eva Luna, aunado a quienes residen en casas particulares, la palabra progreso es más una utopía, cuando ven el estado de la vialidad del sector conocido como La Encantada, ubicado en Nueva Barcelona, estado Anzoátegui.
La comunidad está llena de contrastes. Enclavada en la zona de más proyección urbanística de la capital anzoatiguense, y prueba de ello son las cantidades de villas y conjuntos de apartamentos que se erigen o están construidos a su alrededor, sufre de las mismas calamidades que arropan a las zonas populares: Servicio de agua deficiente, inseguridad, vialidad como en estado de zona de guerra, ausencia de alumbrado público y la recolección inexistente del aseo.
El pasado sábado, la temporada de lluvias mostró sus primeras gotas en la zona norte del estado y para quienes residen entre las calles 7, 8, 9 y 34 del sector, más que un motivo de alegría fue sinónimo de colapso, al registrarse una nueva inundación en la zona.
El desarrollo urbanístico sin planificación, como indican, ha agravado los problemas de la comunidad desde hace 5 años, aseguran que las construcciones han tapado los drenajes naturales y las calles viven anegadas de aguas residuales.
"Con lluvia o sin lluvia esto vive prácticamente inundado todo el tiempo y no podemos salir de nuestras casas ni en carros pequeños, los vecinos que tienen camionetas grandes o pickups son los que nos sacan de las casas o rescatan en plena avenida, y eso sucede la mayoría del tiempo. Cuando se desbordan las cloacas de la calle 34 es un calvario porque llenan de punta a punta la calle 9 imposibilitándonos la salida de las residencias, es prácticamente una laguna donde el agua nos llega a las rodillas, esto se llama sector La Encantada, pero será encantada de aguas negras y charco, aquí no hay calles asfaltadas, hemos ido a cuánto organismo existe, pero nos dicen que somos escuálidos y por eso no nos ayudan, el único ente que nos ha dado una mano, y de forma limitada porque dicen no tener recursos, es la gobernación a través de Covinea, sino aquí nos hubiésemos ahogado en aguas putrefactas", sostuvo la profesora Margarita Maurera, habitante de las residencias Yaguarey.
Con el aguacero del sábado, los vecinos señalan que la problemática evolucionó porque ahora el agua no sólo penetra por las entradas de las residencias, sino que consiguieron un nuevo aliviadero por las tanquillas (bocas de visita) inundando los estacionamientos.
“Antes no teníamos ese problema, el sistema de cloacas o lo que sea que hay aquí está colapsado, no hay alcantarillado, un sistema de drenajes como tal para las aguas de lluvia no existe y por eso estas se quedan estancadas. En la calle 8 que está entre el liceo Cajigal y el conjunto residencial Las Trinitarias, se produce otra laguna cuando llueve y entonces no solo es el hecho de salir sino de poder siquiera acercarnos a las casas. En la comunidad ya han proliferado cuadros diarreicos, enfermedades de la piel y en los pies por hongos, hay niños con leucemia que están en riesgo de sufrir alguna infección sobre todo por las picadas de los zancudos, los niños viven encerrados en los apartamentos para evitar una posible picada que genere en dengue”, Livia García.
Toque de queda doble
Al llegar las 4:00 pm, sostiene Maurera, ya comienza a establecerse una especie de toque de queda en toda la comunidad. Una nube de mosquitos da los primeros avisos y luego al caer ya las 6:00 pm, la oscuridad del sector obliga a los residentes a, literalmente, encerrarse en sus casas.
“Los sectores populares, creemos, están mejor atendidos que este, nosotros también somos venezolanos y si es por votos aquí hay bastantes, somos personas que pagamos nuestros impuestos y sin embargo no tenemos luz en la calles, esto es una boca de lobos, aquí asaltan a las personas después de las seis de la tarde, unos sujetos en moto rondan las residencias, exigimos a los cuerpos de seguridad que hagan una ronda porque esto da la impresión de que es un sector olvidado. Aquí, gracias a Dios, no se han registrado casos de paludismo, pero de seguir la problemática no descartamos posibles casos”, indicaron los vecinos.
Además del fuerte olor que expiden los drenajes colapsados, el característico aroma de la basura en descomposición tampoco pasa desapercibido.
“Aquí no pasa el aseo, tenemos que pagarle a un señor para que se lleve la basura cada 15 días, eso genera que niños de escasos recursos vengan a revisar los depósitos en busca de alimentos o cualquier objeto del que puedan sacar provecho, esto acarrea que dejen los desperdicios regados y sea un doble gasto de bolsas para recoger la basura”, refiere la vecina Luisa González.
Los vecinos sostienen que es una pena que un desarrollo urbanístico como el que se escenifica en el sector, no sea atendido por las autoridades, aseguran que las vicisitudes que padecen les impiden planificar mejoras e inclusive dificulta hasta la venta de los inmuebles, porque los compradores se alejan al ver la situación del lugar.
“Nosotros somos pacíficos pero ya estamos perdiendo la paciencia, ya estamos cansados. Si el alcalde no está dispuesto a ejercer su función y no se aboca a darnos respuesta como comunidad, entonces que delegue en alguien una función para que, así sea en grúa, nos saquen de aquí cada vez que la calle se inunde porque prácticamente nos quedamos incomunicados, no podemos salir siquiera a comprar, agua, comida o medicinas”.
Los residentes sostienen que como la gobernación, según les indicaron, se encuentra de manos atadas, sin recursos y con todas sus competencias pasadas a la Alcaldía de Barcelona, emplazaron al alcalde Luis José Marcano a la inmediata solución de este problema, “que nos echen una mano porque ya esto es inaguantable”.