Estudiante de medicina cree que no hay condiciones para ejercer en Venezuela
Juan Carlos Badaouicursante del décimo segundo semestre de medicina y dirigente estudiantil del Movimiento Pro Udista, afirma que hay especialidades de post grado importantes en las que nadie se inscribe desde hace 5 años
Niurka Franco
En Venezuela no existen condiciones para el desempeño de la medicina y pese a la enorme vocación de los profesionales del área, es imposible poder brindar una atención de calidad, cuando en los centros asistenciales falta hasta lo más esencial.
Así lo percibe Juan Carlos Badaoui, un joven estudiante del décimo segundo semestre de medicina, quien además es dirigente estudiantil del Movimiento Pro Udista. A su juicio los médicos que prestan servicio en instituciones como el hospital Luis Razetti de Barcelona por ejemplo, son dignos de admiración.
Aunque confiesa que nunca había pensado en irse del país, Juan Carlos admite que en este momento ha comenzado a rondar por su cabeza esa posibilidad y afirma que no es precisamente por no amar a su país.
“En este momento lo pienso, porque veo a los médicos del hospital Razetti , donde recibo clases, trabajar con tanto esfuerzo, con tanta mística y no puedo sino sentir admiración por ellos porque careciendo de todo, siempre terminan resolviendo, aunque sea con lo estrictamente necesario”.
Comenta sin embargo, que no es justo para profesional alguno, el graduarse con mucho sacrificio, para luego no tener siquiera la esperanza de mejorar su calidad de vida, de poder comprar una casa, un carro, de independizarse de los padres, lo cual a su juicio, es lo que anhela toda persona.
“Más de la mitad de los estudiantes de medicina recién graduados se ha ido del país, mientras el post grado de oncología pediátrica tienen 5 años sin recibir nuevos inscritos, pese a ser un área muy importante”.
Lo que ocurre según advierte, es que la mayoría de los estudiantes ve con mucha desesperanza el futuro, porque el presente es desalentador.
Advierte que el observar día a día el deterioro de la calidad de vida de sus profesores, quienes son blanco permanente de la inseguridad en las propias universidades, así como en los hospitales donde prestan servicio, indica que no hay en lo absoluto condiciones para trabajar en el país.
No dejó pasar por alto el tema de la precariedad existente en el hospital Universitario Luis Razetti, donde según refiere, han tenido que recibir clases en un sótano, con olores nauseabundos, porque en el mismo lugar donde ellos son formados, son dispuestos todo tipo de desechos, lo cual no sólo les impide tener la debida concentración, sino que además corren el riesgo de contaminación.
“Las condiciones en las que vemos clases son infrahumanas, pero además estamos a merced de la delincuencia permanentemente, porque allí se roban los pupitres, los aires acondicionados y cuanto consiguen, así la verdad, no se puede”.